La rentabilidad de las letras del Tesoro a doce meses cae al 2,6%, mínimos desde diciembre de 2022
Los pequeños inversores se han lanzado a comprar deuda española a corto plazo a pesar del descenso del interés ofrecido.
1 octubre, 2024 12:18La rentabilidad de las letras del Tesoro vuelve a caer. El interés por letras a 6 meses se sitúa en el 2,919%, el nivel más bajo desde febrero de 2023. Al mismo tiempo, el ofrecido a 12 meses se encuentra en el 2,598%, cotas de diciembre de 2022. A pesar de ello, y ante las perspectivas de que el Banco Central Europeo (BCE) siga recortando los tipos de interés, la participación de los pequeños ahorradores se ha acercado a máximos.
Exactamente, según los datos publicados por el Banco de España y recogidos por Europa Press, el Tesoro Público español ha colocado este martes 4.791,848 millones de euros en deuda a corto plazo, en el rango medio-bajo previsto.
En concreto, el Tesoro ha colocado 1.447 millones de euros en letras a seis meses. La rentabilidad ofrecida ha sido del 2,919%, inferior al 3,242% de la emisión previa, alcanzando el nivel más bajo desde febrero de 2023.
En la subasta de letras a doce meses el organismo dependiente del Ministerio de Economía ha adjudicado 3.344 millones de euros. El interés marginal se ha colocado en el 2,598%, por debajo respecto al 2,970% anterior y situándose en el nivel más bajo desde diciembre de 2022.
Esta ha sido la primera emisión de deuda española de octubre, es decir, la primera celebrada desde que el BCE llevó a cabo su segunda bajada de tipos. A mediados de septiembre, la institución presidida por Christine Lagarde recortó el precio del dinero 25 puntos básicos, tal y como también hizo en el primer recorte, que tuvo lugar en junio.
No obstante, este segundo descenso fue acompañado de un ajuste técnico de 35 puntos básicos, que llevó los tipos de crédito a un nivel muy inferior del previsto. Así, en apenas cuatro meses el tipo de referencia de crédito ha pasado del 4,5% al 3,65%, mientras que la facilidad marginal de crédito ha bajado del 4,75% al 3,9%.
Y parece que la institución presidida por Christine Lagarde no se parará aquí. El mercado espera que el guardían del euro vuelva a reducir las tasas de referencia en las reuniones que celebrará en octubre y diciembre, debido a la moderación de la inflación.
Es decir, el mercado anticipa descensos en los dos encuentros que tendrán lugar antes de que termine el año. Por tanto, previsiblemente, la rentabilidad de las letras seguirá retrocediendo.
En este contexto, el apetito de los inversores se ha mantenido, a pesar de que la demanda conjunta de ambas referencias no ha llegado a duplicar lo adjudicado, con unas solicitudes de 8.493,275 millones de euros.
Los inversores han solicitado letras del Tesoro a 6 meses por valor de 3.118 millones de euros y letras a 12 meses por otros 5.375 millones. Las cifras no dejan entrever la elevada participación de los pequeños ahorradores.
Aunque el Tesoro no desgrana las cifras por el tamaño de los inversores, como aproximación a la participación de los minoristas se utilizan las pujas no competitivas -que son aquéllas en las que solo se indica la cantidad deseada, sin precio-, ya que en su mayoría procede de particulares.
En la subasta de este martes, las peticiones no competitivas de letras a seis meses se ha disparado hasta los 1.075,85 millones de euros. Nunca antes los pequeños ahorradores habían pujado tanto por este tipo de deuda.
La inversión de los minoristas en letras a doce meses también ha crecido, aunque en menor medida. El importe solicitado ha alcanzado los 931,6 millones de euros, después de que en la emisión anterior cayese hasta los 695,24 millones.
Según los datos publicados por el Banco de España, los hogares han pasado de tener 1.826 millones de euros en letras del Tesoro a finales de 2022 a 27.353 millones en julio de 2024 -última cifra disponible-, consolidándose como los mayores tenedores de este tipo de deuda a corto plazo.
Sin embargo, ahora, en línea con el recorte de los tipos de interés, tras dos años de subidas, el Tesoro ha ido recortando la remuneración ofrecida a los inversores en las últimas subastas.