Inditex, la mayor compañía textil española, ha conseguido volver a la senda del crecimiento tras pasar varios años con cifras estables pero lejos de lo que venía acostumbrando al mercado. Tanto es así que en el periodo 2018-2022 las acciones cayeron un 15% y estaban históricamente baratas en cuanto a múltiplos se refería.
La empresa está consiguiendo este hito en 2023 de la mano de Marta Ortega, con un aumento del 11,1% en sus ventas de los 9 primeros meses del año y del 32,5% en su beneficio por acción. Esto se debe a la focalización en el cliente y a la optimización del espacio comercial, que ha pasado de ser simplemente una tienda a ser también una especie de centro logístico.
La omnicanalidad, operar tanto en online como en físico, le ha permitido competir con las empresas de nueva generación como Shein o Asos y ha conseguido posicionarse como una de las compañías más eficientes.
Pese a lo que podamos pensar, su tamaño aún es pequeño en cuanto a cuota de mercado, por lo que sigue teniendo margen para el crecimiento. Si estimamos un beneficio por acción de 1,7 euros, que supone un crecimiento menor al conseguido este año y le aplicamos un PER de 25 veces en línea con su media, nos daría un precio objetivo de 42,5 euros frente a los 39 euros en los que cotiza actualmente, lo que supone un potencial del 9% en una compañía de alta calidad, por lo que podría ampliarse.
La acción superó una resistencia importante recientemente con un incremento del volumen, lo que confirma la fuerza de la tendencia alcista actual y se convierte en soporte. El RSI no ha superado el área de sobrecompra y la última vela alcista ha roto un nivel de resistencia marcado a comienzos del 2017. Una vela positiva aseguraría esta última ruptura y confirmaría la tendencia de la acción a un precio superior a los 42,5 euros a medio-largo plazo.