Los inversores extranjeros elevaron hasta el 50,3% su participación en las acciones españolas a cierre de 2022. Esta cifra supone un crecimiento del 1,5% respecto a un año antes, y máximos históricos.
Por el contrario, la participación de las familias en la bolsa española continuó a la baja. Descendió al 0,9%, hasta situarse en el 16,2%, lo que supone el segundo dato más bajo de la serie histórica.
Bolsas y Mercados Españoles ha publicado este martes el último informe sobre la propiedad de las acciones que elabora anualmente su Servicio de Estudios, en el que se pone de manifiesto que el peso de los inversores internacionales en el mercado nacional ha aumentado más de diez puntos porcentuales en la última década y dieciséis en lo que va de siglo.
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Según recoge Efe, el documento también destaca que entre los grupos internacionales presentes en la bolsa española se sitúan grandes gestoras internacionales de fondos de inversión, planes de pensiones y fondos cotizados en bolsa (ETF), así como fondos de capital riesgo, private equity y fondos soberanos.
Tras los inversores extranjeros, el segundo grupo con más presencia en la propiedad de las acciones españolas es el de las empresas no financieras, que elevaron en cuatro décimas su participación, hasta el 21,3%, y lo que supone máximos desde 2012.
La participación de las familias en la bolsa española continuó a la baja, "en una progresiva convergencia con los datos de participación directa de inversores minoristas en renta variable en los principales países europeos".
La participación de las familias bajó al 16,2%, según el informe, que explica que el creciente peso de los fondos de inversión, la ausencia de tramo minorista en las últimas salidas a bolsa, o el auge entre los jóvenes de activos no convencionales son algunas de las razones que explican este descenso.
Administraciones Públicas
También descendió la participación en la propiedad de las cotizadas en la bolsa española de las instituciones de inversión colectiva y seguros (bajó en un año del 7% al 5,9%) y de los bancos y cajas de ahorro (del 3,5% al 3,1%).
Por el contrario, las Administraciones Públicas las elevaron del 2,7% al 3,2%, lo que contribuyó a que dejaran de ser el grupo de inversores con menos presencia por primera vez desde 2006.
Asimismo, este porcentaje supone máximos desde hace 25 años, dice el estudio, que puntualiza que, no obstante, su participación siguió lejos de los niveles superiores al 16% alcanzados en 1992 y 1993, antes de las sucesivas privatizaciones de empresas públicas.
De la baja participación de la inversión colectiva en el capital de las cotizadas españolas, los autores del informe concluyen que "la falta de incentivos, especialmente fiscales, para que la inversión institucional nacional apoye el tejido empresarial cotizado supone un hándicap competitivo para las empresas de menor tamaño, precisamente aquellas que encuentran más dificultades para atraer la atención del inversor extranjero".