La cita anual de banqueros centrales en Jackson Hole no ha dejado indiferente a nadie. Especialmente por los discursos pronunciados el pasado viernes por parte de Jerome Powell y Christine Lagarde, presidentes de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), que dejaron como conclusión que la batalla contra la inflación no está ganada y que los tipos de interés se van a mantener altos durante más tiempo del esperado.
Powell, anfitrión del evento celebrado en Wyoming como máximo responsable de la Fed, advirtió de que el banco central está "preparado para elevar los tipos de interés más si es necesario", pues "aunque la inflación ha descendido desde su punto máximo -un desarrollo bienvenido-, sigue siendo demasiado alta".
Un tono hawkish o agresivo que ha llevado al mercado a elevar hasta un 70% la probabilidad de que se produzca una nueva subida de los tipos de interés en Estados Unidos en noviembre, frente al 60% anterior al discurso de Jackson Hole, según los expertos de Bank of America.
"Estamos cómodos con nuestra proyección de una nueva subida de 25 puntos básicos en noviembre y un recorte de 75 puntos básicos el año que viene, empezando en junio y siguiendo de forma trimestral", añaden.
Y es que la perspectiva de que se produzca un recorte de los tipos de interés en Estados Unidos se va diluyendo en el tiempo. Los analistas del mercado coinciden en que este momento llegará a mediados de 2024, seguramente a lo largo del segundo trimestre. De hecho, añaden los expertos de Bank of America que las apuestas por un recorte de tipos en 2024 han caído en 5 puntos básicos tras Jackson Hole.
Tipos más altos durante más tiempo
El mercado no tiene claro que la Fed vaya a subir de nuevo los tipos este año o cuándo lo hará. Y es que Powell tuvo para todos en su discurso: amenazó con poder acometer un mayor endurecimiento, pero también explicó que hay incertidumbre sobre el efecto de la traslación de la política monetaria a la economía a tiempo real, dado que existe un decalaje.
De hecho, Powell subrayó que los siguientes pasos se darán con cautela y en base a los datos macroeconómicos que se vayan recibiendo. "Dado lo lejos que hemos llegado, en las próximas reuniones estaremos en una posición para proceder cautelosamente al evaluar los datos que lleguen y las perspectivas y los riesgos", añadió en su discurso.
Lo cierto es que la inflación en Estados Unidos aún se sitúa en el 3,2% (con la subyacente en el 4,7%) y el objetivo de la Fed es el 2%. "Los datos mensuales de inflación más reducidos de junio y julio son bienvenidos, pero dos meses de datos buenos son sólo el inicio de lo que habrá que hacer para confiar en que la inflación se reduce sustancialmente hacia nuestro objetivo", dijo Powell.
Por tanto, el discurso del presidente de la Reserva Federal no dio tantas pistas sobre la visión de la Fed a corto plazo como de sus previsiones a largo. "El toque de halcones se dirigió más bien a señalar de nuevo que los tipos tendrán que permanecer en este nivel durante más tiempo de lo que espera el mercado", señala Paolo Zanghieri, economista senior en Generali Investments.
De hecho, no existe unanimidad en el mercado sobre los pasos de la Fed en lo que queda de 2023, pero sí en la previsión de que los recortes de los tipos llegarán a partir del segundo trimestre del año que viene.
"Sólo unas lecturas muy sólidas de empleo e inflación en agosto obligarán a la Fed a subir los tipos en septiembre, y para octubre/noviembre pensamos que los crecientes signos de debilitamiento de la economía impedirán cualquier subida de tipos. Aun así, retrasamos hasta finales del segundo trimestre de 2024 la fecha prevista para la primera bajada de tipos", añaden desde Generali Investments.
David Page, responsable de Macro Research en AXA IM, afirma que la casa no espera "que la Reserva Federal suba los tipos en su próxima reunión de septiembre, ni tampoco después".
"Sin embargo, somos conscientes de la insistencia de la Reserva Federal en mantener una política lo suficientemente restrictiva como para garantizar que la inflación vuelva a su objetivo y, dado que el impulso del PIB ha sido más firme recientemente, ahora vemos menos posibilidades de recortes de tipos el próximo año de las que teníamos anteriormente", añade este experto.
Zona euro
El mensaje de Lagarde fue algo parecido al de Powell. Para la presidenta del BCE, "la lucha contra la inflación aún no está ganada", lo que se traduce en que el supervisor tiene la intención de fijar los tipos de interés en niveles suficientemente restrictivos "durante el tiempo que sea necesario" para lograr que la inflación se acerque al objetivo a medio plazo del 2%.
En la práctica esto significa que los recortes de los tipos de interés casi ni se vislumbran en el horizonte. Si la vuelta atrás de la Fed se pronostica para el segundo trimestre o mediados de 2024, la del BCE llegará algo después. Hay que tener en cuenta que la normalización monetaria comenzó en Estados Unidos meses antes que en la zona euro.
"Ahora parece poco razonable esperar los primeros recortes de tipos antes de la primavera de 2024 en Estados Unidos e incluso del verano en la zona euro", proyectaban hace algunas semanas desde Generali Investments.
Esta misma semana, el jueves, se conocerá el dato de IPC de la zona euro. Desde Renta 4 pronostican que la inflación general se situará en el 5,1%, frente al 5,3% anterior, mientras que la subyacente caerá hasta el 5,3% desde el 5,5% previo.
Datos que se situarán aún cerca de los máximos y lejos del BCE, que es el 2%. Cabe esperar, por tanto, que el instituto emisor del euro no ceje en su empeño, lo que podría conllevar nuevas subidas de los tipos de interés, pero que está claro que supondrá mantenerlos altos durante más tiempo del que esperaba el mercado.