Relativa calma en Wall Street a la espera de nuevos datos sobre el mercado laboral estadounidense. Los principales índices de la Bolsa de Nueva York iniciaban el día con escasos movimientos, aunque en negativo, antes de que se publicase las cifras de empleos ofertados de febrero, calculados por la encuesta conocida como The Job Openings and Labor Turnover Survey (JOLTS), que elabora el Departamento de Trabajo.
Las previsiones apuntan que las vacantes disponibles se redujeron en febrero hasta los 10,5 millones, frente a los 10,824 millones de enero. Este dato será el anticipo de la encuesta de empleo privado ADP que se publicará el miércoles y de la que se espera arroje la creación de 210.000 nuevos puestos de trabajo en marzo, frente a los 242.000 de febrero.
El informe de empleo oficial de Estados Unidos se publicará el viernes. Se estima que en marzo las nuevas nóminas no agrícolas se redujeran hasta las 240.000, desde las 311.000 del mes anterior, y que la tasa de paro se mantuviera estable en el 3,6%.
De esta forma, antes de conocerse las mencionadas cifras, el Dow Jones bajaba un 0,08%, hasta los 33.575,46 puntos; el S&P 500 un 0,1%, hasta los 4.120,02 puntos, y el Nasdaq, un 0,24%, hasta los 12.163,79 puntos.
Al mismo tiempo que daba inicio la sesión al otro lado del Atlántico, el precio del petróleo West Texas Intermediate (WTI) subía un 0,79%, hasta 81,21 dólares el barril.
Se situaba así por encima de la barrera de los 80 dólares por segundo día consecutivo, después de que la alianza OPEP+ confirmara un recorte de 1,66 millones de barriles diarios a partir de mayo.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios, liderados por Rusia, anunció recortes adicionales a sus objetivos colectivos de producción y los futuros del WTI subieron más de un 6%.
La decisión del cártel ha reavivado los temores sobre la inflación, haciendo mella en las esperanzas de que se ponga fin a las agresivas subidas de los tipos de interés llevadas a cabo por los bancos centrales, a pesar de las recientes señales de enfriamiento de los precios y de las turbulencias en el sector bancario.
Jamie Dimon, presidente y consejero delegado de JPMorgan Chase, uno de los más veteranos y respetados ejecutivos de la banca estadounidense, considera que las tensiones bancarias de Estados Unidos aún no han terminado e, incluso cuando hayan quedado atrás, "habrá repercusiones en los próximos años".
En todo caso, cree que los eventos recientes "no se parecen en nada a lo que ocurrió durante la crisis financiera mundial de 2008", ya que la actual crisis bancaria involucra a muchos menos actores financieros y presenta menos problemas que deben resolverse.
"Creemos que (la subida de los precios del petróleo) hará que la inflación se mantenga rígida, y la Reserva Federal quiere asegurarse de que controla la inflación antes de levantar el pie del freno", indicaban los analistas de CFRA Research en una nota recogida por Reuters.
Según la herramienta Fedwatch de CMC Group, las apuestas de los inversores a una subida de tipos de 25 puntos básicos en mayo por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se sitúan en el 58,4%, mientras que las probabilidades de una pausa se encuentran en el 41,6%.
El S&P 500 y el tecnológico Nasdaq han ganado un 7,4% y un 16,5% en lo que va de 2023, estabilizándose tras su peor caída anual del año pasado desde la crisis financiera de 2008, gracias a las expectativas de que el banco central estadounidense pueda relajar su política monetaria. El repunte del Dow Jones en el mismo periodo es del 1,3%.