El consejero delegado del Silicon Valley Bank (SVB), Greg Becker, vendió acciones del banco por valor de 2,27 millones de dólares (unos 2,11 millones de euros) el pasado 27 de febrero, según consta en los archivos de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (la SEC, por sus siglas en inglés). La operación, por tanto, tuvo lugar menos de dos semanas antes de la caída de la entidad.
Según informa el portal MarketWatch, el traspaso formaba parte de un plan preestablecido de venta de acciones para ejecutivos, conocido como programa 10b5-1, que Becker presentó a la SEC el 26 de enero, solo seis semanas antes de que el banco se hundiera.
El CEO de SVB también vendió acciones del banco el pasado 31 de enero por otros 1,1 millones de dólares, una operación que, según recoge la CNMV estadounidense, utilizó para saldar una deuda tributaria.
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En el caso de la venta del pasado 27 de febrero, el CEO del SVB ejerció opciones sobre acciones (conocidas como stock options) -es decir, canjeó sus opciones por acciones de la entidad- para después vender los títulos.
La venta se saldó en un rango de precios que fueron entre los 285 dólares por acción, hasta los 302 dólares por título. El pasado viernes por la noche, tras el colapso de la entidad, ya no valían nada.
Las recientes ganancias en bolsa de Becker se suman a los 2,6 millones de dólares en efectivo que cobró el año pasado, que incluían una prima de 1,5 millones de dólares.
Silicon Valley Bank anunció el miércoles pasado que iba a buscar una ampliación de capital para tratar de hacer frente a sus dificultades financieras, que le habían llevado a deshacerse de inversiones por valor de unos 21.000 millones de dólares, con una pérdida de unos 1.800 millones.
Retirada de fondos
Ese anuncio llevó a muchos clientes a retirar sus fondos, tras lo que los reguladores tuvieron que cerrar el banco el viernes por falta de liquidez, y posteriormente se hundió la cotización bursátil de la compañía, lo que a su vez afectó al sector bancario en general, tanto en Estados Unidos como en otros países.
“Los participantes en el mercado se sorprendieron de que un gran banco estadounidense pudiera encontrarse en semejante situación debido a un desfase de vencimientos anticuado y elemental” subrayan desde el banco privado suizo Julius Baer.
“De hecho, no había ningún agujero en el balance del SVB debido a pérdidas crediticias en su cartera de activos, sino solo el impacto mecánico de unos tipos de interés más altos en una cartera de bonos de muy alta calidad”, añaden. La retirada bancaria se desencadenó por temores de solvencia, pero en realidad la entidad se vio afectado por un problema de liquidez y no de solvencia.
En este sentido, "la decisión de las autoridades estadounidenses de respaldar todos los depósitos de SVB -y de Signature Bank, que tiene un balance de 110.000 millones de dólares- no pone en grave riesgo el dinero de los contribuyentes. Lo más probable es que el activo del balance de SVB venza de forma ordenada con el tiempo y que el banco sea liquidado”, indican también desde el banco privado.
En cualquier caso, la del SVB ha sido la segunda mayor quiebra bancaria de la historia de Estados Unidos, tras el colapso en 2008 del Washington Mutual.