El petróleo y el gas son ahora más baratos que antes de la guerra: su precio cae un 9% y un 32% en el último año
Las bolsas europeas han recuperado los niveles previos a la invasión rusa de Ucrania, siendo la española una de las que mejor comportamiento registra.
24 febrero, 2023 02:38Este viernes se cumple un año desde que Rusia decidió invadir Ucrania. El inicio de la guerra provocó el encarecimiento de las materias primas, al mismo tiempo que las bolsas cayeron estrepitosamente. Justo 365 días después el petróleo es un 9% que antes del conflicto, mientras que el precio del gas es un 32% más barato.
Así lo destacan en un reciente informe los analistas de DWS en el que destacan que “el impacto para Occidente” del conflicto “ha sido menos dramático de lo que se temía inicialmente”. “O quizás porque acabamos acostumbrándonos a todo, incluso a una guerra, sobre todo quienes no están directamente implicados”, subrayan.
El precio del gas natural TTF, el de referencia en Europa, para entrega el próximo mes ronda los 50 euros por megavatio hora (MWh) en el mercado holandés. A mediados de febrero bajó por debajo de dicho nivel por primera vez desde agosto de 2021.
Caída del 85%
El precio del gas natural se fue incrementando a finales de 2021 por el movimiento de tropas rusas en la frontera con Ucrania y se disparó al producirse la invasión en febrero del año pasado, fecha en las que se situó por encima de los 300 euros/MWh.
El pasado agosto llegó a marcar máximos históricos, al situarse por encima de los 350 euros/MWh en agosto, debido al miedo a un corte total de suministro y a la fuerte demanda de los países europeos para acumular gas en sus depósitos de cara al invierno. Sin embargo, el precio comenzó a caer en octubre por las temperaturas más suaves de lo esperado en Europa, tendencia que siguió en los meses siguientes.
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Ante esa coyuntura, la Unión Europea (UE) acordó el pasado diciembre fijar un tope de 180 euros en los contratos vinculados al índice TTF y, desde entonces, el gas se negocia por debajo de los 100 euros. De hecho, desde los mencionados máximos históricos registrados en agosto de 2022, la depreciación alcanza el 85%.
Desde la gestora Schroders explican que el descenso del precio del gas se debe a varios factores, entre ellos a un invierno relativamente suave o a las medidas que han implantado varios países europeos para reducir la demanda.
“Un clima más favorable, la reducción de la demanda y la compra de gas de otras fuentes, a menudo cargamentos de gas natural licuado (GNL), han permitido que Europa evite los cortes de electricidad y recupere unos niveles saludables de almacenamiento de gas”, subrayan.
En enero de 2023, los niveles de reservas se mantenían en torno al 80% en toda Europa, lo que se ajusta a las disposiciones de la Unión Europea (UE) que exigen un almacenamiento mínimo del 80% durante este invierno.
Sin embargo, desde abrdn advierten de que “Rusia continuará con sus intentos de militarizar sus materias primas reduciendo el suministro de petróleo y gas y amenazando con bloquear los envíos de grano ucraniano”.
Asimismo, los analistas de Schroders alertan de que la recuperación económica de China, tras los confinamientos para controlar la Covid-19, conllevará una mayor demanda para el limitado suministro de GNL disponible, lo que conducirá a precios más altos.
Petróleo
Mientras que el gas se sitúa en torno a los 50 euros, el barril de petróleo Brent, la variante de referencia en Europa, ronda los 82 dólares. Además de ceder en torno a un 9% desde los niveles previos a la guerra, su precio se hunde más de un 40% desde los máximos alcanzados desde la invasión, cerca de los 140 dólares.
En el mercado, explica Joaquín Robles, analista de XTB, explica que el mercado existe cierta sensación de un exceso de oferta. Mientras China continúa incrementado su consumo a medida que reactiva su economía, Estados Unidos aprovecha para incrementar su inventario. La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios, conocidos como la OPEP+, “tiene la intención de mantener la producción a los niveles actuales”.
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Además de un incremento de los costes energéticos la guerra en Ucrania hizo que los precios de los alimentos se disparasen bruscamente, al caer la oferta de cereales ucranianos y obligar a los consumidores a pagar bastante más por la compra semanal en el supermercado. Pero, tal y como sucede con el petróleo o el gas, el maíz o el trigo son más baratos que hace un año, al menos en el mercado de materias primas de Chicago.
Según los analistas de UBS AM, “la preocupación por el suministro de alimentos podría disminuir, reduciendo la presión sobre los precios”. Como consecuencia de estos dos factores, “la inflación podría ser inferior a la prevista, lo que permitiría a los bancos centrales relajar la política monetaria antes y más rápidamente de lo esperado”.
Bolsas
Mientras que algunas de las materias primas más impactadas por la guerra son ahora más baratas que antes del inicio del conflicto, las bolsas europeas se sitúan en niveles superiores a los que cotizaban antes de la invasión.
Entre todas ellas destaca el positivo comportamiento de los índices ibéricos, tanto del Ibex 35 español como del PSI 20 portugués, que se colocan un 9,3% y un 10% por encima de los niveles a los que cerraron la sesión del 23 de febrero de 2022. El FTSE 100 británico lo hace un 5,5%; el FTSE MIB italiano, un 5,2%; el CAC 40 francés, un 8% y el Dax alemán, un 5,8%.
El Euro Stoxx 50 y el Stoxx 600 -índices en los que cotizan las 50 y las 600 compañías europeas de mayor capitalización- también han superado los niveles previos a la invasión rusa de Ucrania. No sucede lo mismo con el Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq, afectados todavía por las fuertes caídas registradas por las compañías tecnológicas, con una elevada presencia en Wall Street.
La guerra tiene dos caras también económicas y hay activos que han salido beneficiados, como las compañías petroleras, que han visto cómo sus ingresos aumentaban mucho durante este conflicto, o los bancos, que se han visto favorecidos por la subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales.
Un año después del inicio de la guerra, el principal riesgo para las bolsas es el endurecimiento de las políticas monetarias o más bien la recesión económica que este proceso pueda generar.
“Si la guerra sigue complicándose, el panorama energético podría volver a cambiar drásticamente, sumándose al riesgo de recesión al que ya se enfrenta la economía. El riesgo de cola es la estanflación: un aumento drástico de la inflación debido a la energía y la consiguiente ralentización acusada de la economía”, indican desde Generali Investments.