Se necesita un gran pacto de rentas para vencer a la hiperinflación
Una espiral inflacionaria en los salarios de los trabajadores y pensionistas para mantener el poder adquisitivo provocaría otra crisis como la de los 70.
4 julio, 2022 10:34El PIB es un indicador rezagado ya que hay que esperar cuando menos dos trimestres en confirmar oficialmente que la economía se encuentra de recesión. Es por ello por lo que podemos decir que las principales economías del mundo o ya se encuentran en recesión o están a punto de entrar en ella.
Podremos culpar a los bancos centrales de esta situación ya que su mandato principal es el de contener la inflación. Y ahora, tras años viéndola venir por el camino con sus infinitas barras de liquidez de dinero gratuito se ponen manos a la obra. Demasiado tarde amigo, la inflación ya está fuera de control.
De hecho, está tan fuera de control que la única manera que hay de reducirla es provocar una recesión que deje a la altura de los talones la que se sufrió en la década de los 70 del siglo pasado.
La decisión no está tomada, pero pronto sabremos qué camino toman los distintos bancos centrales del mundo. Lo único que les frena a la gran mayoría de bancos centrales es que los mercados de valores y de bonos se desplomen.
[La trampa de liquidez perfecta]
Hay que tomar una decisión, el escenario de un aterrizaje suave de las economías como base en Wall Street no es una opción. Aquí y ahora hay que elegir entre susto o muerte. Entre que los mercados de valores y de bonos se derrumben o que la economía entera se desmorone dando lugar a una crisis sin precedentes en la historia de la economía moderna.
La salida de la pandemia ha provocado un aumento significativo del consumo tras haber vivido unas tasas de ahorro nunca vistas en la historia. Solo hay que buscar plaza libre en algún hotel o a un obrero para que te haga una pequeña reforma y si lo encuentras que te de plazo para octubre es para saltar de alegría.
Esto ha sentado las bases de una inflación que con el paso del tiempo y de la invasión de Ucrania ha dado paso a la hiperinflación. Y ahora que ha subido hasta el precio de la sal, es el momento más letal de la espiral inflacionaria: la inflación salarial.
Esta inflación salarial que quiere seguir las subidas de los precios de la gasolina, de los alimentos y de todo tipo de activos al calor de las ganancias corporativas.
Podemos vivir un momento épico en donde la clase media sea aplastada como una lata de cerveza por el mayor error de política monetaria de los bancos centrales del mundo y de la Reserva Federal en particular con su política de endurecimiento de las tasas de interés al ritmo más rápido de la historia mientras otros como el Banco Central Europeo todavía están por ver si pasamos el verano con los tipos todavía en negativo si se suben solo un 0,25% el próximo 21 de julio manteniendo aún una burbuja de activos sin precedentes.
Y mientras tanto, los mismos analistas que no supieron ver la oportunidad histórica que nos ofreció el mercado de valores con la caída de precios por la pandemia, ahora tampoco están viendo que este drástico ajuste tan excesivo por parte de la Reserva Federal estadounidense nos ha llevado al nacimiento de un mercado bajista y que a pesar de que ya dura ocho meses, le quedan cuando menos un mínimo de otros ocho meses.