Tres escenarios de mercado según el desenlace de la guerra entre Rusia y Ucrania
El más problable (50%), según Pictet, es la desescalada, para lo que recomienda acciones cíclicas, Reino Unido, Japón, China y el euro.
10 marzo, 2022 02:05Noticias relacionadas
Dar a los inversores la mayor certidumbre posible en un momento de volatilidad extrema. Esto es en lo que se afanan estos días las principales casas de inversión del mundo, conscientes de la dificultad que entraña predecir qué harán variables económicas como el PIB o la inflación y activos como las acciones o los bonos en función del desenlace de la guerra en Ucrania. Algunas como Pictet Asset Management o Tikehau Capital han acotado el terreno con tres escenarios posibles para los mercados y cinco consecuencias para la economía que pueden servir de guía.
Los analistas de Pictet creen que el escenario más realista, al que le dan un 50% de probabilidades, sería pensar en una “desescalada” del conflicto bélico ruso. Esto implicaría un alto el fuego, el compromiso mutuo de negociar entre ambos países y con la mayoría de sanciones contra Rusia aprobadas, pero no todas.
En términos de mercado, si este escenario -el más positivo u optimista de los tres posibles- se hiciera realidad, la bolsa subiría entre un 10% y un 15% para finales de año, con un crecimiento de los beneficios empresariales del 10%, y el bono estadounidense a diez años cotizaría en el 2,2%, aproximadamente. El crecimiento económico estaría por encima de tendencia, la inflación haría pico en el primer trimestre pero todavía estando por encima de la media y los principales bancos centrales podrían seguir con sus expectativas actuales de retirada de estímulos monetarios.
La gestora helvética considera que, en este primer supuesto, habría que invertir en acciones de estilo cíclico y value, en mercados como Reino Unido, Japón y China, y en el euro.
El segundo escenario más probable (30%) sería el de un “conflicto atrincherado”. Esta situación intermedia ya empezaría a poner en serios apuros a los mercados y la economía. Los parqués caerían entre un -5% y un -10% a finales del año, las ganancias de las empresas se desplomarían un -10% y el bono americano acentuaría su rol de activo refugio, cotizando con una TIR aproximada del 1,7%.
Europa entraría en una recesión leve y Estados Unidos se desaceleraría, con unos altos precios de la energía que perseverarían en una alta inflación por más tiempo del previsto. En el caso de estanflación -estancamiento económico e inflación alta-, Pictet AM aconsejaría invertir en materias primas, acciones estadounidenses y de alta calidad, y en el dólar.
La catástrofe llegaría con un tercer escenario que, sin embargo, es el menos probable (20%) para la firma suiza: “profundizando en la crisis”. La bolsa se hundiría un -30%; los beneficios de las corporaciones, un -25%, y el Treasury americano pagaría un 0,8%, adonde los inversores llevarían su dinero presa del pánico.
Los expertos de Pictet que han elaborado este cuadro de previsiones (Luca Paolini, estratega jefe, y Arun Sai, estratega multiactivos) califican esta hipótesis como de “recesión mundial en toda regla”, para la que habría que dotarse en cartera de bonos de larga duración, activos que funcionen de una forma similar a los bonos más defensivos, acciones suizas y oro, el refugio por excelencia cuando todo se desmorona.
“La destrucción de la demanda compensaría los mayores costes de la energía” y a la Fed y el BCE no les quedaría más remedio que volver a una política monetaria acomodaticia e incrementar sus programas ampliados de compras de activos (APP, por sus siglas en inglés).
Cinco consecuencias económicas
Tan importante para los inversores es 'encuadrar' la guerra y su escenario de mercado más probable como visualizar qué implicaciones macroeconómicas dejará el conflicto a futuro. Christian Rouquerol, director de Ventas para Iberia de Tikehau, anticipa una aceleración de la desglobalización como reacción al empeoramiento de la tensión entre oriente y occidente. “Las compañías contarán con una menor capacidad para optimizar costes de producción, impuestos y niveles de capital”, y supondría “el colapso de la economía rusa”, para la que esperan un descenso económico comparable a su crisis de deuda soberana en 1998, es decir, una contracción del 11%.
En segundo lugar, las sanciones a Rusia probablemente reforzarán el uso del yuan frente al dólar y ampliarán el uso de su sistema de pago interbancario en lugar de la red SWIFT. Por otro lado, la crisis acelerará la transición energética en Europa para lograr la independencia de Rusia, un fenómeno “especialmente positivo para el sector”, en palabras de Rouquerol.
Inevitablemente, comenta el ejecutivo de Tikehau, las inversiones en defensa y ciberseguridad crecerán. “Alemania ha sido de las primeras naciones en reaccionar y los sectores de defensa y ciberseguridad deberían beneficiarse de esta tendencia”. La quinta y última consecuencia será el aumento en los precios de las materias primas, que supondrá un impacto directo en los resultados de las empresas.
Cuando se habla de materias primas, no solo son el trigo, el maíz o el girasol. Es cierto que Rusia y Ucrania acumulan una cuarta parte del mercado global de trigo, pero también que Rusia y Bielorrusia, país igualmente sancionado, producen cerca del 35% de la potasa y que la subida en los precios del gas natural está haciendo también prohibitivo el coste de producción del amoníaco. “Ambos son esenciales para la fabricación de fertilizantes, lo que podría poner en riesgo la producción agrícola global durante este y el siguiente año”, se teme Rouquerol.