En un momento en el que la economía mundial enfilaba su recuperación tras el fuerte impacto causado por la pandemia de la Covid-19, las crecientes tensiones entre Ucrania y Rusia y la posibilidad de que se produzca un conflicto bélico entre ambos países han devuelto en las últimas semanas la volatilidad y la incertidumbre tanto a los mercados como al entorno macroeconómico.
Un escenario que los analistas prevén que se prolongue todavía durante unas cuantas jornadas más y que ya está teniendo sus primeras consecuencias. La cotización del oro acumula varias jornadas al alza y marca su nivel más alto en ocho meses, mientras que al mismo tiempo se incrementa la presión sobre los precios en un momento en el que la inflación está desbocada en las grandes economías por los precios de la energía.
Los analistas en general confían en que, como ocurre en cualquier otra crisis geopolítica, el sentido común se impondrá en última instancia y el escenario principal que contemplan es que no haya enfrentamiento armado "porque a nadie conviene". Así se manifiestan, por ejemplo, los analistas de A&G Banca Privada, quienes sin embargo admiten que el desenlace es "absolutamente imprevisible".
En esta línea, Hans-Jörg Naumer, director global de mercados de capitales y análisis temático de Allianz Global Investors, agrega que la geopolítica -junto con la inflación y la política monetaria- seguirá siendo uno de los temas más importantes que tendrán en cuenta los inversores a la hora de tomar sus decisiones. Sin necesidad de ir más lejos, la última semana el Ibex 35 se apuntó su peor semana en tres meses, desde el estallido de la variante ómicron.
Pese a todo ello, cuanto más tiempo se prolonguen estas tensiones geopolíticas, mayores serán las consecuencias que tengan tanto en los mercados como en la economía. "Las tensiones entre Rusia y Ucrania podrían generar una mayor presión inflacionista y una desaceleración del crecimiento como resultado", remarca Lidia Treiber, directora de análisis en renta fija de WisdomTree.
Fiebre inversora por el oro
Como es habitual cada vez que se produce algún acontecimiento geopolítico de la magnitud de las tensiones entre Rusia y Ucrania, las inversiones han vuelto a refugiarse en la renta fija -impactada también en las últimas semanas por el repliegue de los bancos centrales- y el oro, al que siempre se ha calificado como "un activo refugio" en épocas de incertidumbre y volatilidad como la actual.
En concreto, el precio del oro ha cerrado con subidas en doce de las últimas 15 sesiones bursátiles y cotiza en torno a los 1.900 dólares tras haber aumentado más de un 6% en estas tres semanas. Esta tendencia alcista ha llevado a este metal precioso a marcar su precio más alto en ocho meses. Desde junio del año pasado.
Los analistas de Julius Baer explican que esta subida obedece a ese aumento de las tensiones geopolíticas en torno al conflicto entre Rusia y Ucrania, aunque consideran que se trata de "un pico a corto plazo", ya que históricamente este tipo de situaciones no ha provocado un incremento duradero de los precios del oro.
Así, detallan que, a medida que aumentan los riesgos geopolíticos, el precio del oro suele cotizar alza, para luego registrar un pico a corto plazo cuando dicho riesgo se materializa. Así ocurrió, por ejemplo, con la anexión Crimea. Sin embargo, si su efecto tiene un impacto duradero en la economía o en los mercados financieros, la cosa cambia.
Ese sería el caso, por ejemplo, si Occidente decide cortar las importaciones de energía rusa. En su opinión, este es un escenario "de alto impacto pero de baja probabilidad", ya que las consecuencias económicas serían demasiado graves, no solo para los países involucrados, sino para el mundo en su conjunto debido a los vínculos de los mercados energéticos.
"Mucho más probable, en nuestra opinión, sería una fase de tensiones elevadas continuas a pesar de todos los esfuerzos diplomáticos, caracterizada por una demostración de fuerza de ambos lados", agrega. Por ello, apunta que, aunque los riesgos a corto plazo apuntan a precios al alza para el oro mientras duren las tensiones, no prevén cambios a medio y largo plazo en sus previsiones.
Sin embargo, en declaraciones a The Wall Street Journal, Matt Miskin, uno de los responsables de estrategia de inversión en John Hancock Investment Management, afirma que "la estrellas se están alineando" para un refugio en el oro y apunta que un aumento de las tensiones geopolíticas pueden llevar en unos meses el oro a los niveles récord desde 2011 marcados en agosto de 2020, cuando alcanzó los 2.050 dólares.
En esta línea, los analistas de Bank of America también recomendaron en un reciente informe que los inversores deberían considerar incrementar sus compras de oro si los precios superaban el rango de entre 1.860 y 1.880 dólares, como así ha ocurrido. Y, además, apuntaron a la probabilidad de que desde ahí se produzcan nuevas subidas.
Subidas de precios
Otra de las consecuencias económicas que se están derivando del conflicto que mantienen Ucrania y Rusia es el impacto que está teniendo en la inflación. Y es que la dependencia energética que tiene parte de Europa del gas ruso ha generado preocupación en los mercados y ha provocado una nueva subida de los precios del petróleo y del gas.
Esto a su vez, ha supuesto un nuevo impulso a las presiones inflacionistas que desde hace tiempo se acumulan en los países desarrollados. "Las presiones inflacionistas persistentes ligadas a los problemas de las cadenas de suministro se han exacerbado por las tensiones en torno al conflicto Rusia-Ucrania", subraya la directora de análisis en renta fija de WisdomTree.
Mabrouk Chetouane, responsable de estrategia global de mercados de Natixis IM Solutions, remarca que el aumento de los precios de la energía en los últimos doce meses y su nivel actual empiezan a preocupar a los inversores. De hecho, apunta que, aunque produzca algún tipo de "desescalada" en el frente ruso-ucraniano, es probable que los precios se sostengan durante algún tiempo.
"Especialmente si tenemos en cuenta los siguientes factores: primero, el crecimiento mundial debería seguir siendo sólido este año; segundo, los riesgos políticos siguen presentes; y tercero, los bajos inventarios junto con la debilidad de las inversiones en el sector energético", detalla.
Sin embargo, los precios de la energía no son los únicos que se han visto afectados en las últimas semanas por el conflicto que mantienen Ucrania y Rusia. Otro ejemplo es el del trigo, que se ha encarecido cerca de un 10% desde que revivió el conflicto. Ambos países se cuentan entre los principales productores de este cereal a nivel mundial y su enfrentamiento no hace más que abonar la galopante subida de precios que venía acumulando desde el estallido de la pandemia.