Siempre que hay una opa existe la posibilidad de seguir la peligrosa táctica de pensar en una contraopa o en una mejora del precio de adquisición ofertado.
En este caso, los inversores deben descartar una guerra de opas con la entrada de otra compañía buscando las acciones de los minoristas, pero sí que están pensando que si están dispuestos a pagar una prima ligeramente superior al 30% es porque inequivocamente esperan cotizaciones superiores a los 7 euros ofertados que quedarán ajustados a 6,93 euros tras el próximo pago del dividendo.
Sin embargo, aquí estamos hablando que las intenciones del ofertante es sacar de cotización a su filial de bolsa y de la que ya tiene el 50,01%. Este hecho cambia mucho la situación y las reglas del juego puesto que las posibilidades de que esta opa acabe con éxito y la empresa la excluya de bolsa es elevada.
¿Qué es lo correcto?
Viendo que la acción está por encima de los 7 euros la primera idea puede parecer que es esperar por ver si hay mejora en el precio ofertado. A fin de cuentas tenemos en firme esos 6,93 euros tras el cobro del próximo dividendo.
Pero esto es un error. El gran negocio ya está hecho. Debemos tener en cuenta el coste de oportunidad de ir a por los 6,93 euros que cobraríamos en un mes como pronto, cuando realmente puedes coger los más de 7 euros en la sesión de hoy.