Un proceso complejo que ha cogido velocidad de crucero en las últimas semanas, pero que ahora tiene que extenderse a los países más desfavorecidos. Todo ello mientras hay que hacer frente a nuevas variantes como la Delta, que puede obligar a una tercera dósis. 

Todo un engranaje que funciona desde que a finales de 2019 saltaran las primeras alarmas en China sobre la presencia de la Covid-19. Desde entonces, los investigadores se pusieron a trabajar para lograr una vacuna que permitiera salvar miles de vidas. Y ello ha tenido también su reflejo en la cotización bursátil de las farmacéuticas que lograron tener éxito en sus investigaciones. 

El arranque 

Tomando como referencia el 14 de marzo, fecha del inicio del confinamiento en España, las rentabilidades de las compañías que fabrican las vacunas más famosas se han disparado, aunque hay una gran diferencia entre las empresas grandes ya consolidadas, que lo han hecho a un ritmo inferior a las más pequeñas. 

Por ejemplo Pfizer sube un 53%, Astrazeneca un 36% y Johnson & Johnson un 30%. 

Ya antes del virus eran grandes multinacionales con beneficios recurrentes y muchos productos en el mercado.

Sin embargo, tanto Moderna como Biontech son empresas jóvenes dedicadas a la investigación que nunca supusieron el aluvión de ingresos que han tenido los últimos meses, una por su propia vacuna y otra por vender a Pfizer su tecnología para que creara la suya. 

El avance de ambas es espectacular: Moderna sube un 1.768% y Biontech un 1.112%. 

Los "fracasos"

Lo extraño llega cuando analizamos dos de las empresas que, al menos de momento, han fracasado en la elaboración de la vacuna:

Es el caso de la alemana Curevac, que salió a bolsa en verano de 2020 a 16 dólares y su rentabilidad en este año ha sido del 365%, no deja de ser un excelente porcentaje (13 veces más que la revalorización del Nasdaq el último año) para no haber conseguido su objetivo. 

Otro ejemplo aún más extremo es el de Novavax. Lleva con el runrún de obtener una vacuna desde que empezó la pandemia, pero aún no se han visto los resultados. Sin embargo, avanza desde el 14 de marzo del año pasado un sorprendente 2.730%.

Asia

Si viajamos a China, nos encontramos con productoras como Shanghai Fosun Pharmaceutical que sube un 153% o Walvax que lo hace en un 176%. 

En Hong Kong cotiza Cansino que avanza un 314%. 

En Japón JCR fabrica allí la vacuna de Astrazeneca y ha subido en bolsa en este periodo un 61%. 

España 

En nuestro país Reig Jofre elabora la vacuna de Johnson & Johnson y eso le ha ayudado a subir un 134% en ese periodo. 

Y Rovi se ha dedicado a la de Moderna, lo que le ha supuesto un gran avance en bolsa que le acerca la posibilidad de, quizás, cotizar pronto en el Ibex. A pesar de las recientes caídas desde máximos, su rentabilidad desde marzo de 2020 es del 170%. 

Podemos concluir que las empresas más pequeñas han sido las más beneficiadas bursátilmente entre las implicadas en las vacunas y que no es posible establecer una relación clara entre los ingresos obtenidos y las cotizaciones. Novavax, que no ha vendido ni una sola vacuna y sube más que ninguna, lo ejemplifica.

Y eso nos deja la duda de cuánto de especulación hay en estos movimientos y cuánto de mejores estados financieros en cada una de ellas, mejora que por supuesto en la mayoría de los casos existe, pero que no sabemos si se corresponde con sus actuales niveles de cotización.