Como dijo Lewis Carroll, autor de Alicia en el país de las maravillas, "cada historia tiene una moraleja, solo necesitas ser lo suficientemente inteligente para encontrarla". La pandemia de Covid-19, por ejemplo, nos enseñó que las cosas siempre pueden dar un giro inesperado. Entonces surge la pregunta, ¿cómo puede uno protegerse contra este tipo de eventos? La respuesta es muy simple: contratando el seguro.
Por supuesto, no evitará que suceda lo inesperado, sin embargo, el asegurado recibirá algún tipo de recompensa como, por ejemplo, la subvención por fallecimiento. En este contexto, no debería ser ninguna sorpresa que el empeoramiento de la situación epidemiológica en todo el mundo haya terminado provocando un aumento en el número de pólizas de vida vendidas el año pasado.
Para ser más precisos, Northwestern Mutual, el mayor vendedor de seguros de vida el año pasado en los EEUU registró un aumento del 15% en la cantidad de pólizas de seguros de vida que vendió entre abril y septiembre, en comparación con el mismo período del año pasado. AccuQuote, la compañia de seguros en línea también ha visto crecer sus ventas de pólizas alrededor del 30% debido a la pandemia.
¿Significa esto que la industria de seguros realmente pudo beneficiarse de la crisis del coronavirus? Desafortunadamente para las empresas, junto con un aumento en las ventas, también incrementaron los pagos de las pólizas.
Se estima que la industria de seguros distintos de los de vida ha recibido más de 1 millón de reclamaciones relacionadas con Covid en el primer trimestre del año fiscal actual, más que en todo el año fiscal 21. En este contexto, no debería ser ninguna sorpresa que la gran mayoría de empresas del sector perdieran valor.
Para ser más precisos, la capitalización de las compañías de seguros de vida y salud que cotizan en bolsa en los Estados Unidos disminuyó un 13,4% en 2020. Los múltiplos de EBITDA también cayeron en el primer trimestre de 2020.
Un estudio sugiere que las tasas de interés más bajas también tuvieron repercusiones para las compañías de seguros de vida, ya que son particularmente sensibles a las tasas de interés a largo plazo.
El efecto neto en los balances dependerá de la duración del activo en comparación con la duración del pasivo. Las aseguradoras de vida suelen tener pasivos de mayor duración que los activos disponibles en los mercados. Por tanto, es probable que el efecto neto de una reducción a largo plazo de las tasas de interés en los balances sea negativo.
¿Qué es lo que va a ocurrir?
A pesar de la reciente recuperación, los impactos a largo plazo de la pandemia siguen siendo inciertos y las compañías de seguros tendrán que enfrentarse a muchos cambios y desafíos.
Para recuperar el impulso, las aseguradoras deberán implementar nuevas tecnologías para reinventar su núcleo para mitigar los impactos de la pandemia tanto a corto como a largo plazo.
De cara al futuro, se espera que los ingresos de la industria aumenten durante los próximos 5 años gracias al incremento de los precios de las primas. De manera similar, la subida de las tasas de interés afectará positivamente sobre los rendimientos esperados de la cartera.