Banco Santander regresa como accionista relevante de Repsol después de 12 años de ausencia. La entidad se ha descubierto este lunes como quinto inversor de referencia de la energética con un 3,584% de su capital. Una participación que asciende a una valoración superior a 570 millones de euros a precios de mercado.

La participación comunicada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se compone de un 1,03% en acciones de Repsol, mientras que el 2,554% restante se construye a través de diferentes instrumentos financieros. Entre ellos, según consta en el formulario remitido al supervisor, swaps y opciones en mercados OTC con fechas de vencimiento o ejercicio entre este año y el ejercicio 2024.

En la misma documentación, el banco especifica que esta posición "se debe a la operativa con clientes que Banco Santander SA realiza en productos derivados que tienen como subyacente las acciones de la citada compañía [Repsol] y la cobertura de la misma". En este sentido, no se trataría de una apuesta corporativa de la entidad financiera ni tan siquiera de su propia gestora de fondos.

Una década después

La última vez que el Santander figuró como accionista relevante de Repsol fue en agosto de 2009. Entonces, hace más de una década, la entidad redujo su posición inversora del 3,019% al 1,992% de su capital. A razón de esta última cota, la entidad quedó excluida de este elenco de manos fuertes y dejó de estar obligada a notificar cambios en su cartera sobre la petrolera.

Con esta participación, estrenada el 4 de mayo, el banco que preside Ana Botín se coloca como quinto accionista de relevancia de Repsol. Al frente de esta reducida lista sigue figurando Sacyr, con un 8,2% del capital. Después van JP Morgan (6,9%) -que desembarcó justo en el estallido de la pandemia-, BlackRock (5%) y Amundi (4,5%).

Impulso renovable

En lo que va de año, Repsol acumula una revalorización del 33%. La compañía ha mostrado recientemente su disposición a escindir en una compañía subsidiaria su negocio de energías renovables mediante una salida a bolsa o la incorporación de un socio financiero. Una opción esta última que parece haber ganado peso tras los fiascos de los últimos estrenos 'verdes' en la bolsa española.

Dentro de este mismo discurso, este lunes se ha conocido que la energética ha puesto en marcha las obras de su gran proyecto eólico: Delta II. Una vez completado, contará con una capacidad total de 860 megavatios (MW) distribuidos en 26 parques eólicos ubicados en las tres provincias de Aragón (Zaragoza, Huesca y Teruel).