Fluidra marca un máximo histórico tras otro en bolsa. En lo que va de año, sus acciones se revalorizan un 15%. Un contexto en el que el director financiero de la compañía, Javier Tintoré, ha decidido pasar por caja con la venta de un significativo paquete de acciones por el que se ha embolsado más de 100.000 euros.
La transacción se celebró el pasado lunes 31 de agosto, según consta en el formulario remitido por Tintoré a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En concreto, el directivo de Fluidra se deshizo de 8.000 acciones de la compañía a un precio unitario de 14,09 euros. En total, la operación le ha reportado ingresos por 112.720 euros.
La operación se celebró fuera del mercado regulado, según figura en la documentación aportada por el directivo de Fluidra. Ese día, en la negociación de contado en la bolsa, las acciones del grupo marcaron un último precio de 14,10 euros cada una, solo un céntimo por encima de lo conseguido por Tintoré. No obstante, en máximos intradía se llegaron a pagar 14,34 euros por título.
Revalorización a contracorriente
Esta significativa venta se atribuye a una decisión personal del director financiero desde fuentes de la cotizada. Lo cierto es que es la primera transacción con acciones de Fluidra de la que da cuenta en este ejercicio a contracorriente para la compañía. Y es que conviene no olvidar que el Ibex 35 se deja un 25% en este 2020 frente a la enérgica revalorización de la compañía señalada.
El boom de las piscinas particulares que ha supuesto el confinamiento en muchos países del mundo y la delicada gestión de las finanzas del grupo han sido los grandes motores del comportamiento a contracorriente de Fluidra. Y es que, frente a los recortes generalizados de previsiones de negocio a consecuencia del coronavirus, la catalana publicó un beneficio de 54,9 millones de euros hasta junio, un 90,6% más que un año antes.
La compañía de equipamiento para piscinas alcanzó estas cifras gracias a un incremento del 2,4% en facturación, la suma de las sinergias resultantes de sus últimas operaciones corporativas, como la australiana Fabtronics, y un estricto control de gastos combinado también con una minoración de los no recurrentes.