La inversión sostenible es una tendencia cada vez más arraigada en los mercados. Tanto que Ana Rosa Castro, responsable de ventas de Nordea, no duda en señalar que “no es una moda, sino que es parte vital de la gestión”. De hecho, su firma es una de las más entusiastas con estas estrategias.

La experta de Nordea explica que “no ha cambiado nada” con la crisis del coronavirus. Más bien, al comprobarse que algunos criterios de sostenibilidad han ayudado a capear los compases más duros para los mercados, la inversión que sigue estas pautas goza ahora incluso de una mejor salud que antes de la aparición de la epidemia.

En este sentido, Castro explica que la vinculación con las empresas en las que se invierte “es clave”. Así, comenta que “si al comienzo de la inversión responsable se hablaba de exclusión, esto cambió en la dirección correcta” y que “la exclusión sería el último paso en caso de que la empresa no permita tener una comunicación con ella o llevar a cabo un plan de acción”.

Cabe mencionar aquí que la inversión sostenible no solo es medioambiental, sino también social y de gobernanza. Tres patas que conforman las conocidas siglas ASG. En este sentido, la experta repasa la experiencia que Nordea ha vivido con varias compañías en las que se ha logrado establecer un conjunto de políticas más favorables para la empresa y su entorno, como fueron los casos de la textil H&M y la fabricante de bebidas Kerry Group.

En opinión de Castro, la certificación de los fondos de inversión sostenible también es clave para asegurar la calidad del producto. La experta señala que en Nordea cuentan con “varios años trabajando con un track record importante”. Destaca que la firma cuenta con “un equipo dedicado exclusivamente a los fondos STARS que analiza cada una de las empresas que se incorporan a las carteras”.

Además, apunta a las calificaciones de sostenibilidad de Morningstar y otros proveedores de información financiera.