El fiasco de WeWork frena la inversión de los fondos soberanos en ‘startups’
Los 94 fondos soberanos que 65 países de todo el mundo tienen en activo protagonizaron operaciones de inversión por 140.000 millones.
6 marzo, 2020 11:43Noticias relacionadas
Las ‘startups’ ya no son la inversión fetiche de los fondos soberanos. El descalabro de WeWork ha prevenido a estos gigantes de las finanzas de apostar por este segmento empresarial con la soltura a la que estaban acostumbrados. Tanto que en el último año el número de operaciones que han protagonizado en el sector ha caído un 60%.
El desplome en este segmento conocido como ‘venture capital’ es de nada menos que 100 operaciones en 2018 a solo 40 al cierre de 2019. Así lo refleja el VIII Informe Fondos Soberanos presentado este viernes en Madrid por ICEX y la IE University. El responsable del estudio, Javier Capapé, explica que el retroceso sufrido supone regresar a cotas equivalentes al año 2015.
Por aquel entonces, la inversión en ‘unicornios’, como se denomina a aquellas ‘startups’ que alcanzan valoraciones de más de 1.000 millones de dólares, estaba todavía lejos de convertirse en una obsesión para muchos inversores institucionales. Incluidos los soberanos.
Capapé tiene claro que este hundimiento tiene su origen en la experiencia que los fondos soberanos de Arabia Saudí y Abu Dabi han sufrido en WeWork, donde habían invertido 45.000 millones de dólares. “La escasa rentabilidad de la compañía y su capacidad para quemar liquidez ha prevenido a otros fondos de embarcarse en proyectos similares”, ha señalado el también responsable de investigación en inversión soberana de IE University.
En este sentido, las operaciones protagonizadas por fondos soberanos en el sector de la tecnología se han dirigido, en su mayoría hacia empresas más consolidadas. Además, las megarrondas de financiación se han concentrado en el mercado chino, por encima del estadounidense. Aún así, las tecnológicas han repetido en 2019 como primer destino de las inversiones de estos vehículos, tanto en número de operaciones (30,3%) como en volumen invertido (31,4%).
Las biotech lideran
Por tipo de actividad dentro de este sector, los fondos soberanos han protagonizado a lo largo del último ejercicio 29 operaciones en empresas biotech, 22 en firmas de software, otras tantas en fintech y 15 en firmas especializadas en la gestión de datos. Siempre según datos del informe, el área de ciencias de la vida ya ocupa el segundo lugar en número de operaciones y cuarto por volumen de capital.
El descenso en la inversión en ‘venture capital’ contrasta con la mayor apuesta por operaciones de capital riesgo en empresas en estadios más avanzados de desarrollo. En este sentido, María Peña, consejera delegada ICEX, ha destacado que “casi un 10% de toda la inversión global en este capítulo la protagonizaron fondos soberanos”. Por geografías, Susana Malcorra, decana de IE School of Global & Public Affairs, el podio se lo reparten China (37%), EEUU (18%) y Holanda (11%).
Actualmente, están en activo un total de 94 fondos soberanos en todo el mundo de 65 países que manejan un volumen de activos bajo gestión de 8,3 billones de dólares.
Los principales focos son China, con seis fondos soberanos; Noruega, cuyo fondo de pensiones sigue siendo el mayor del mundo con un volumen de activos equivalente en 10 veces al PIB del país nórdico; Oriente Medio, fundamentalmente con los países la Península Arábiga; y Singapur, que en palabras de Capapé “es un poco más pequeño pero líder en actividad y sofisticación”.
Más sostenibles y colaborativos
En esta línea de unos mayores estándares de inversión, el estudio subraya que en el último año los fondos soberanos ejecutaron operaciones por 16.000 millones de dólares con criterios de sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza (ASG). Si bien suponen solo un 0,2% de sus activos bajo gestión, sí que equivalen a casi un 10% del volumen total de operaciones celebradas en el último ejercicio, que alcanzaron los 140.000 millones.
De cara al futuro, hay 20 países en vías de establecer fondos soberanos propios o compartidos con un tercero. Una fórmula que se está empleando especialmente en Europa y África junto con países de Oriente Medio. Ya se está empleando en España, Francia, Italia e Irlanda, entre otros.