Indra ha llegado a caer este lunes un 8,5% en la bolsa, hasta un mínimo intradía de 8,82 euros por acción, y se ha convertido en el valor más penalizado del Ibex 35. Un dudoso honor que ha conservado hasta el cierre con un descenso más llevadero del 7,06% hasta los 8,96 euros después de que la compañía haya confirmado negociaciones con el fabricante británico de turbinas Rolls-Royce para comprarle una participación de control en la española Industria de Turbo Propulsores (ITP Aero). La transacción rondará los 1.000 millones de euros, importe que equivale casi el 60% de la capitalización actual del comprador.
La empresa de consultoría y tecnología amplía de este modo la caída del 3,75% que sufrió el pasado viernes cuando confirmó las negociaciones adelantadas por el diario La Información. Hoy El Confidencial asegura que Indra va a comprar entre el 70 y el 75% del capital de ITP Aero, que hace tres años, cuando la ingeniería vasca Sener vendió su 50% a Rolls-Royce, se valoró en su totalidad en 1.355 millones.
La adquisición se espera cerrar en julio y se va a financiar con un préstamo por los citados 1.000 millones de euros que va a estar dirigido por BNP Paribas. El banco francés es la entidad financiera de cabecera de Indra y quien dirigió la colocación de bonos de 300 millones realizada en abril de 2018. Para evitar elevar el endeudamiento y sufrir una rebaja de su calificación de solvencia, la compañía propondrá a sus accionistas una ampliación de capital que podría oscilar entre los 400 y los 500 millones de euros, cerca del 30% de la capitalización actual.
De materializarse la operación, Indra -de la que la SEPI aún controla el 19% y tiene a dos representantes en su consejo de administración- se haría con una empresa vasca que trabaja con proyectos estratégicos en el área de defensa y que supondría un importante impulso para el área de Transporte y Defensa del grupo tecnológico.
La facturación de ITP en 2018 fue de 880 millones, el 74% de lo que ingresó la división de Transporte y Defensa de Indra.