La SEPA es la zona en la que ciudadanos, empresas y otros agentes económicos pueden hacer y recibir pagos en euros desde una cuenta situada en cualquier lugar de la zona con las mismas condiciones con que se efectúan en el ámbito nacional.
Se prevé que a partir del 1 de marzo de 2019 la entrada sea efectiva y que las condiciones de la SEPA se apliquen a las instituciones financieras del Vaticano.
El Vaticano se suma así a los otros 35 estados que ya forman parte de esta iniciativa: los 28 países de la Unión Europea, Islandia, Noruega, Liechtenstein, Mónaco, Suiza, San Marino y Andorra.
El presidente de la Autoridad de Información Financiera del Vaticano, René Bruelhart, dijo que la entrada del país a la SEPA "es un signo muy positivo" que "ayudará a facilitar los pagos y a armonizar los servicios".
"Además, demuestra los esfuerzos de la Santa Sede para mejorar la transparencia financiera", añadió.