Este dato del producto interior bruto (PIB) supone la fase más larga de reactivación de la economía alemana desde 1991.
La oficina de estadística también informó de que el PIB alemán creció un 0,6% en el último trimestre de 2017, después de avanzar el 0,9%, el 0,6% y el 0,7 %, respectivamente, en los tres anteriores, y un 2,2% en el conjunto de 2017, un 2,5% si se eliminan las variaciones de calendario.
Los principales impulsos para la economía alemana en el primer trimestre de 2018 llegaron del interior.
Las inversiones aumentaron de manera importante, sobre todo en el sector de la construcción, pero también en equipamiento se invirtió más que en el cuarto trimestre de 2017.
Mientras que el consumo privado subió ligeramente, el gasto público retrocedió por primera vez en casi cinco años, lo que tuvo un efecto atenuante en el crecimiento de la economía.
En tanto, el desarrollo en el exterior perdió en dinamismo, según los datos provisionales, porque tanto las exportaciones como las importaciones disminuyeron respecto al trimestre anterior.
También en términos interanuales, la economía alemana creció un 1,6 % de forma más moderada en el primer trimestre del año.
Corregidos los efectos estacionales y de calendario, el PIB avanzó entre enero y marzo de 2018 un 2,3% interanual, después de un 2,7% en el tercer trimestre de 2017 y un 2,9% en el cuarto.
Las cifras definitivas del PIB para el primer trimestre de 2018 se darán a conocer el próximo día 24.