La tensión va en aumento exponencial en Cataluña y el mismo rumbo lleva la cotización de su deuda soberana. En las últimas dos semanas, la prima de riesgo de los bonos catalanes a tres años, una de las referencias más negociadas en el mercado secundario, ha subido un 18%, más de 47 puntos básicos frente a los 9 que ha sumado la española.
En la semana previa a la celebración del referéndum ilegal del pasado 1 de octubre, el diferencial entre los bonos emitidos por la Generalitat con vencimiento a tres años y sus homólogos emitidos por el Tesoro Público español rondaba los 280 puntos básicos, según cifras proporcionadas por Reuters. Ahora, esta brecha supera los 325 enteros y que en otras referencias se amplía hasta casi rozar los 400 puntos.
Al borde de rebasar este techo se encuentra la prima catalana en los papeles con vencimiento a nueve meses, a los cuales se exige ya una rentabilidad ya superior al 3,5% comparable a la de países como Serbia y Rumanía. Lo mismo ocurre en los bonos a cinco años de vida, donde el diferencial entre el 1,529% que se exige a los españoles y el 5,352% que marcan los catalanes arroja una separación de más de 380 puntos básicos.
La prima de riesgo de los bonos españoles a tres años frente a sus homólogos alemanes, referencia en el mercado secundario europeo de renta fija, ha pasado en el mismo periodo de los 49 a los 58 puntos básicos. En la referencia más comúnmente empleada para el caso por concentrar una mayor negociación, el bono a diez años, el salto en diferencial frente al 'bund' germano ha sido de los 114 a los 125 puntos básicos, apenas 11 de ganancia.
En medio de este panorama, Cataluña ha vuelto a ser la comunidad autónoma que más capitales ha recibido del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) del Ministerio de Hacienda en su último reparto. Concretamente, según cifras publicadas hace apenas justo dos semanas, la cifra ascendió a 1.971,46 millones de euros, un 31,7% de la partida total destinada a este fin por el Gobierno central. Unos números que, según analistas, hablan a los inversores de la dependencia de la región mediterránea de las arcas centrales conforme el actual sistema tributario y que pone sobre aviso a muchos inversores en renta fija.
Por su parte, el Tesoro Público español ha celebrado este martes una nueva subasta fiel a su calendario. En ella, las arcas del Estado han tenido que asumir unos tipos menos favorables para la colocación de letras a seis y doce meses, si bien los tipos han seguido siendo negativos. Y, por lo tanto, favorables para el organismo emisor. En los papeles a un año se ha cosechado un rendimiento del -0,310% frente al -0,350% de la anterior puja, celebrada el pasado 12 de septiembre, antes de que el órdago secesionista alcanzase sus momentos de mayor tensión. En las letras a medio año, la caída ha sido más suave: del -0,380% al -0,373% de esta ocasión.
La concentración de las tensiones en el mercado secundario de deuda en el corto y el más amplio plazo se debe a la incertidumbre reinante en la actualidad y a la acumulación de vencimientos para la Generalitat de Cataluña conforme avanza el calendario. La intensidad será mayor en el ejercicio 2029, según el volumen de emisiones vivas que la comunidad autónoma tiene pendientes de amortizar.