La Reserva Federal (Fed) llevaba un año y medio dando vueltas al calendario buscando el mejor momento para subir los tipos de interés. En concreto, desde que el expresidente de la entidad, Ben Bernanke, pusiera sobre la mesa lo que se llamó el Fed tantrum, que no fue otra cosa que abrir la puerta a una subida de tipos. Pero siempre había algún dato económico o algún amago del mercado que daba al traste con el objetivo de la entidad de empezar a normalizar su política monetaria.
Finalmente se decidió el miércoles con una reunión que ya ha pasado a la historia de la entidad como el día en el que la Fed empezó a retirar los estímulos de emergencia que aprobó durante la crisis. La entidad anunció una subida de los tipos de interés de 25 puntos básicos, hasta una horquilla entre el 0,25 y el 0,50%.
Pero la entidad fue un paso más lejos con su cuadro de proyecciones para los próximos años. Los miembros de la Fed plantean una subida de los tipos de 25 puntos básicos cada trimestre hasta 2018. Esto es, los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) esperan que el precio del dinero acabe 2016 entre el 1,25 y el 1,50%, un punto porcentual por encima del nivel actual.
De cara a 2017, los miembros de la entidad creen que los tipos llegarán hasta el 2,25/2,50%, esto es, otras cuatro subidas de 25 puntos básicos. Finalmente, para 2018 ya esperan que avance hasta el 3,25%. Tiene sentido que proponga una subida cada cierre de trimestre, que es cuando la entidad acompaña cada reunión con una rueda de prensa y además es cuando actualiza sus cuadros de proyecciones macroeconómicas.
Un ritmo gradual
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, advirtió que, en cualquier caso, seguirá de cerca la evolución de la economía para adaptar en cada momento su política monetaria. Esto es, que no hay nada decidido; "dependerá de los datos". Yellen explicó ante los medios que la subida de los tipos de interés será "gradual", con un ritmo más rápido si la recuperación se acelera y más lento si el crecimiento se ralentiza. La entidad no quiere, en ningún caso, entorpecer la salida de la crisis y la creación de empleo con sus políticas restrictivas.
Además, la Fed explicó por qué ha subido los tipos de interés aunque los precios estén tan lejos del objetivo de la entidad: el último dato del IPC dejó un avance del 0,5% cuando el mandato de la institución es llevarlo hasta el 2%. Yellen indicó que esta debilidad de los precios se debe a "factores temporales", como son el desplome del precio del petróleo y la fortaleza del dólar. En su opinión, estos efectos se pasarán en el corto plazo, por lo que la entidad puede "razonablemente confiar en que cumplirá su objetivo de inflación".
Fed, ¿qué pretendes?
Con esta decisión, la Reserva Federal eleva en 20 puntos básicos el tipo efectivo que se paga en el mercado interbancario, los conocidos como Fed Funds. De este modo, la entidad encarece el coste de financiación que tienen los bancos con el objetivo de que este coste mayor se traslade al resto de la economía.
Esta es la forma que tiene un banco central de restringir el crecimiento del crédito y así moderar el avance de la economía. ¿No es una locura? En efecto, esta decisión tiene el riesgo de frenar la recuperación, pero partiendo de que los tipos están todavía en la situación de emergencia, una pequeña subida no debería ser negativa.
El efecto positivo de esta decisión es que el crecimiento económico no se base en el crédito barato, sino en inversiones productivas que tengan una rentabilidad elevada. Hace 11 años, cuando la Fed inició su último ciclo alcista de los tipos, llegó demasiado tarde. La entidad no quiere repetir viejos errores y, por este motivo, ha decidido empezar a subir los tipos con antelación. ¿Acertará esta vez?