Google descarta incorporar sistemas de verificación a sus búsquedas y vídeos de YouTube pese a las exigencias de Europa
La compañía no cumplirá con el Código europeo sobre desinformación y seguirá aplicando prácticas como las de X o las recién anunciadas por Meta.
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Google no integrará sistemas de verificación (fact-checking, en su expresión en inglés) ni en los resultados de su buscador ni en los vídeos de YouTube, así como tampoco los empleará para clasificar o eliminar contenidos. Una medida que va en contra de la nueva legislación promovida por la Unión Europea (UE) y que está en línea con las políticas de otras grandes tecnológicas como Meta Platforms o X.
Así se lo ha comunicado Google a Bruselas en una carta a la que ha tenido acceso el medio estadounidense Axios. Esta decisión no supone una sorpresa, ya que el gigante tecnológico ya había indicado que no tenía intención de cambiar sus prácticas de moderación de contenidos, que nunca han incluido sistemas de verificación.
En la carta, firma por Kent Walker, presidente de Asuntos Globales de Google, la compañía señala que integrar la verificación de contenidos que exige el nuevo Código de Prácticas sobre Desinformación promovido por la Comisión Europea (CE) "simplemente no es algo apropiado ni eficaz" para sus servicios.
El directivo defiende que el enfoque actual de Google en torno a la moderación de contenidos funciona y apunta como una prueba de su éxito los resultados obtenidos durante el "periodo sin precedentes de elecciones mundiales" que tuvo lugar en 2024.
En concreto, la carta, que está dirigida a Renate Nikolay, directora general adjunta del Departamento de Contenidos y Tecnología de la Comisión Europea (CE), pone el foco en la función que la empresa incorporó el pasado año a YouTube y que permite a algunos usuarios añadir notas de contexto a los vídeos. Una herramienta que, asegura, tiene un "potencial significativo".
Código europeo
El Código europeo de buenas prácticas en materia de desinformación se aprobó en 2018 y se convirtió en la primera herramienta de este tipo a través de la cual los agentes de la industria acordaron normas de autorregulación para luchar contra la desinformación.
En junio de 2021 se puso en marcha un proceso de revisión que dio lugar a un nuevo texto, que fue firmado y presentado en junio de 2022. El nuevo código pasó además a formar parte de un marco regulatorio más amplio, en el que también se incluyen la legislación sobre transparencia y segmentación de la publicidad política y la Ley de Servicios Digitales (DSA por sus siglas en inglés).
Axios remarca que cumplir con el código exigiría a Google incorporar resultados de verificación de contenidos junto a los resultados que ofrece su buscador y los vídeos de YouTube. También a incorporar la comprobación de hechos en sus sistemas de clasificación y algoritmos.
Google fue una de las empresas que participó en la firma del código en 2022, cuyo cumplimiento es por el momento voluntario. Sin embargo, en su carta Walker asegura que la compañía se retirará de todos los compromisos relacionados con la verificación de contenidos antes de que se convierta en un "código de conducta de la DSA".
No obstante, se compromete con los reguladores europeos a seguir invirtiendo en mejorar sus actuales prácticas de moderación de contenidos, que se centran en proporcionar a las usuarios más información sobre los resultados de sus búsquedas a través de funciones como la marca de agua Synth ID y el uso de inteligencia artificial (IA) en YouTube.
Aunque la postura de Google no sea nueva, la carta llega unos días después de que Meta Platform anunciara su intención de poner fin al sistema de verificación de datos que puso en marcha en 2016 y que se encargaba de revisar si las publicaciones y noticias que se publicaban en las plataformas del grupo como Facebook o Instagram eran falsas o no.
A partir de ahora, serán los usuarios, a través de sus comentarios en las plataformas, los que se encargarán de supervisar la veracidad de los contenidos que se publican. Se trata del mismo enfoque que se aplica en X (la antigua Twitter) desde que Elon Musk adquirió la compañía en 2022. Y es muy similar también al que tiene YouTube y del que presume Google en su carta a la UE.