La periodista Gabriela Cañas ha sido cesada como presidenta de la Agencia EFE, cargo en el que permanecía desde el año 2020. La propia Cañas ha confirmado su cese y ha asegurado que "ha sido un privilegio ocupar ese puesto".
"Me voy eternamente agradecida a quien lo hizo posible y con el deseo de que en EFE se siga trabajando igual de bien. Es una gran empresa con enormes profesionales", ha añadido, según recoge EFE.
Gabriela Cañas (Cuenca, 1957) fue propuesta por el Gobierno como presidenta de la agencia pública en febrero del 2020 tras la destitución de Fernando Garea.
Primera mujer
En mayo de ese mismo año recibió el aval de la mayoría de los grupos del Congreso y se convirtió así en la primera mujer que ocupaba la presidencia de EFE.
Por el momento no ha trascendido el nombre del relevo de Cañas al frente de la Agencia. Fuentes internas aseguran que esperan conocerlo en las próximas horas, por lo que se da por hecho que podría hacerse público casi de inmediato.
La gestión de Cañas ha estado muy marcada por la situación económica de EFE, que lleva años de números rojos a sus espaldas. El ejercicio 2022 perdió 14 millones de euros, una cifra muy similar a la del año anterior.
Durante los últimos meses la hasta ahora presidenta había impulsado una transformación interna que buscaba una mejor coordinación editorial, así como la transformación multimedia de todas las redacciones y la integración del área audiovisual. Por último, se estaba llevando a cabo también una revisión del Libro de Estilo de la Agencia EFE.
Infrafinanciación
Además, había puesto en marcha un proceso de reducción de costes, entre ellos una disminución de 150 personas que fue puesto en marcha al término de la pandemia y tras ser aprobado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que es su principal accionista.
Cañas se mostraba muy optimista respecto a las cuentas de la Agencia EFE en 2023, para la que auguraba una reducción de pérdidas hasta los 11 millones de euros, fruto de una mejora de los ingresos.
Ahora bien, insistió -como lo hicieron sus predecesores- en la infrafinanciación que sufre la agencia, con un máximo de 54 millones de euros procedente de los Presupuestos Generales del Estado. Una cifra, dijo en su última comparecencia en el Congreso, que es la mitad de lo que reciben otras grandes agencias de noticias en Europa.