RTVE necesita audiencia, tiene dinero y los eventos deportivos masivos le pueden sacar del paso. Esta es la base sobre la que el sector cree que se apoya la desmedida y repentina ambición de la Radiotelevisión española por adquirir derechos televisivos del mundo del deporte.
Hace pocos días la pública anunció que había llegado a un acuerdo con Movistar+ para emitir en abierto la final de la Liga de Campeones después de permanecer siete años sin mostrar interés por estos derechos de retransmisión. La operación saltó por sorpresa y se entendió por parte del sector como una cristalina “declaración de intenciones”.
Fuentes conocedoras han explicado a EL ESPAÑOL-Invertia que la adquisición del último partido de la Champions es tan solo el aperitivo con el que José Manuel Pérez Tornero quiere hacer la previa de la verdadera maniobra estrella: la compra de los derechos del Mundial de Qatar.
El plazo para presentar ofertas en la puja por los mismos terminó el pasado 11 de febrero y, según han avanzado a este diario voces cercanas al movimiento, la Corporación tiene “todas las papeletas” de llevarse la competición. Y es que, aunque Mediaset también habría participado en la subasta, el contexto y una buena oferta han logrado que todo apunte hacia Torrespaña.
Unos 35 millones por Qatar
Actualmente el grupo cuenta con liquidez y, según han concretado fuentes conocedoras a este periódico, los de Tornero habrían puesto sobre la mesa alrededor de 35 millones de euros para hacerse con los derechos de retransmisión de un contenido que acostumbra a ser poco rentable para las televisiones.
El 'pack' en abierto por el que ha competido RTVE se compone del primer partido, la final y los partidos de la Selección Española. Cabe recordar que Mediapro anunció que el resto del torneo y otros contenidos ‘extra’ se podrían disfrutar a través de un canal 24 horas de creación propia.
Sobre este aspecto, hace tan solo unos meses, en una entrevista para ABC, Tornero confesaba que iban “a luchar” por el Mundial aunque no pudiesen pagar “una barbaridad".
De nuevo, como ya ocurrió con los derechos de la Champions League para las temporadas de 2012 a 2015, desde el sector se vuelve a plantear un posible escenario de “competencia desleal” frente a las cadenas privadas debido a que -como ya demandó Mediaset por aquel entonces- la televisión pública podría estar usando la compensación pública para sobrepujar por contenidos de gran valor en el mercado audiovisual.
En cualquier caso, Mediapro sí que se habría interesado por tal cantidad a pesar de que el grupo audiovisual de Roures valora el paquete completo del Mundial en unos 50 millones de euros. Cabe recordar que, en este caso, la puja no es ‘a sobre cerrado’, sino que durante el proceso tienen lugar diferentes conversaciones que guían el camino a seguir con las ofertas a los diferentes medios.
Dos millones por las motos
Del fútbol a las motos. Otro de los objetivos que RTVE ha declarado que está en su foco es el Mundial de MotoGP o, al menos, las carreras españolas de este. Fue Arsenio Cañada, director de deportes de la entidad, quien comentó la jugada de la Corporación estaba negociando con DAZN la posibilidad de emitir en La 1 las carreras de Jerez, Aragón, Valencia y Cataluña.
En esta operación, fuentes del sector han comentado a EL ESPAÑOL-Invertia que podría salirle al ente de Tornero aproximadamente por casi 2 millones de euros, teniendo en cuenta que Cañada confesó que RTVE iba a ir “a por los cuatro” grandes premios. Y los derechos de retransmisión de cada carrera cuestan casi medio millón.
Es tal el ímpetu puesto en acaparar este deporte que a la posible compra de estos cuatro eventos se le suma un acuerdo para poder ver todas las carreras del piloto Jorge Prado en televisión española.
Audiencia de talonario
Todas las fuentes consultadas coinciden en lo mismo. RTVE quiere subir sus datos de audiencia a casi “cualquier precio”. Los eventos deportivos mencionados acostumbran a reunir a millones de espectadores y, aunque sea un share puntual que desaparezca con la vuelta a la parrilla rutinaria de TVE, a la pública le interesa.
Sin embargo, tal y como han repetido en numerosas ocasiones profesionales del sector, se trata de un interés popular y de cara a la galería, porque si se tiene en cuenta la rentabilidad de estos productos a nivel económico para una televisión que no basa sus ingresos en la publicidad, es complicado encontrar la fórmula que les haga ganar.
Uno de los ejemplos más evidentes de que a RTVE no le está costando desembolsar grandes cantidades sin demasiados miramientos se encuentra en el precio que pagó por emitir 400 horas de los Juegos de verano.
A la pública esta competición le costó 54,6 millones de euros, una cantidad desorbitada si se presta atención al histórico donde se comprueba que en Vancouver 2010 y Londres 2012 se dejó 76 millones y en el paquete de Sochi 2014 y Río de Janeiro 2016 gastó en total 85 millones.
A estos datos habría que sumarle el precio de la final de la Champions adquirida recientemente. Este periódico ha preguntado por su coste a RTVE y la entidad ha comunicado que la cifra se podrá ver en el cierre de cuentas del Tribunal de Cuentas de no ser solicitada antes en Transparencia.