Los ministros de Economía de la Unión Europea han aprobado este martes por unanimidad la norma que permite rebajar el IVA a libros y periódicos digitales, equiparándolo al que se aplica a las publicaciones impresas. Una decisión que pone punto y final a la discriminación fiscal que han venido sufriendo hasta ahora las publicaciones electrónicas.
En el caso de España, la rebaja supondría pasar del actual tipo normal del 21% al superrreducido 4%, es decir, una reducción de 17 puntos. La medida lleva negociándose dos años en Bruselas y es una reivindicación histórica de los editores españoles de prensa digital. Pero la ministra de Economía, Nadia Calviño, ha eludido comprometerse a aplicarla: todavía no sabe si el Gobierno de Pedro Sánchez hará uso de esta posibilidad. O al menos no lo aclara.
"En este momento lo que es una buena noticia es que tengamos esa posibilidad y veremos junto con la ministra de Hacienda si es conveniente hacerlo en nuestro país y en su caso cuándo habría que tomar esa decisión", ha dicho Calviño en la rueda de prensa posterior al Ecofin celebrado en Luxemburgo. No obstante, ella misma admite que las publicaciones digitales "ofrecen el mismo tipo de servicio a los ciudadanos" que la prensa en papel y que equiparar el IVA permitiría un tratamiento fiscal "neutral".
Es decir, el Gobierno de Sánchez descarta una rebaja inmediata del IVA de libros y prensa digital a la que sí se había comprometido el anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy desde el momento en que la UE lo autorizara.
La directiva comunitaria se adoptará definitivamente en las próximas semanas sin más discusión, una vez que haya sido traducida a todas las lenguas oficiales. Sin embargo, la rebaja no es obligatoria. Cada Gobierno podría decidir si la aplica o no y mantener el control sobre su impacto presupuestario. Los tipos superreducidos o cero sólo se permitirán a los Estados miembros que ya los aplican a las obras en papel.
"Esta propuesta es parte de nuestros esfuerzos de modernizar el IVA para la economía digital y nos permite ir al compás del progreso tecnológico", ha dicho el ministro de finanzas austríaco, Harwig Löger, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE. Para el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, la rebaja es "una buena noticia para la prensa y el sector de la cultura". "Un libro electrónico es un libro, un periódico digital es un periódico!", ha escrito en su cuenta de Twitter.
Pacto entre Francia y República Checa
La reforma ha padecido una tramitación tortuosa. Presionada sobre todo por Francia, uno de los países más interesados en la rebaja, Bruselas presentó su propuesta original en diciembre de 2016. En aquel momento se auguraba un camino de rosas hasta su aprobación y entrada en vigor urgentes. Un simple trámite, porque todos los Estados miembros aseguraban en público compartir los objetivos de esta medida: salvaguardar la libertad de prensa y el pluralismo de medios.
Sin embargo, las discusiones en el Ecofin encallaron desde el principio. Varios países tomaron como rehén la rebaja del IVA a las publicaciones electrónicas para tratar de impulsar otros expedientes que en teoría no están relacionados. Durante el último año, ha sido República Checa la que ha bloqueado en solitario la reforma ante la exasperación de sus socios. Un veto que es posible porque las decisiones sobre impuestos exigen unanimidad de los 28 Estados miembros.
Finalmente, Praga ha levantado su veto gracias a un acuerdo alcanzado con Francia. El pacto pasa por desencallar otra norma que no guardaba ninguna relación con las publicaciones electrónicas, pero que interesaba particularmente al Gobierno checo: que se le permita aplicar de forma generalizada la inversión del sujeto pasivo del IVA. Este sistema traslada la responsabilidad del pago del proveedor al cliente final y también se ha aprobado en el Ecofin de este martes.
De acuerdo con las normas fiscales vigentes, los países de la UE pueden aplicar un IVA reducido, superreducido o incluso cero a las publicaciones en papel, como libros, periódicos y revistas. En cambio, las publicaciones digitales están sometidas al tipo general porque se les considera servicios electrónicos. De hecho, el Tribunal de Justicia de la UE ha condenado a países como Francia o Luxemburgo por intentar rebajar unilateralmente el impuesto.
La reforma permite ahora a los Estados miembros acabar con esta discriminación y equiparar los tipos impositivos que gravan los periódicos digitales con los de las obras impresas. Las nuevas reglas se aplicarán de forma temporal, a la espera de que se apruebe el nuevo sistema definitivo para el IVA. Bruselas ha propuesto una reforma que permitiría a los Gobiernos más flexibilidad a la hora de fijar los tipos de IVA en todos los productos. Pero la tramitación también durará años dado que se requiere de nuevo la unanimidad de los Estados miembros.
La cuota de mercado para las publicaciones digitales en la UE se sitúa actualmente en el 5% y está previsto que crezca a alrededor del 20% de aquí a 2021, según los cálculos de Bruselas.
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