El grupo IAG -matriz de Iberia y British Airways- y Air Europa han enviado a Bruselas un plan de cesión de rutas con el fin de resolver las objeciones planteadas por la Comisión Europea y obtener luz verde a su fusión. El paquete de medidas correctivas no altera los plazos de la decisión final, que está prevista como muy tarde para el 7 de junio.
El Ejecutivo comunitario ya anunció el pasado 24 de enero que pasaba a la segunda fase de investigación al haber detectado problemas de competencia en la adquisición de Air Europa por parte de IAG, una operación cifrada en 400 millones de euros.
En concreto, Bruselas considera que la fusión podría reducir la competencia y provocar una subida de precios en varias rutas nacionales españolas, así como en rutas de corta distancia entre Madrid y algunas de las principales ciudades europeas, Israel o Marruecos y en rutas de larga distancia que conectan la capital con América Latina.
El plan de cesión de rutas de IAG y Air Europa se envió a Bruselas el pasado 23 de febrero. Ni el Ejecutivo comunitario ni las propias aerolíneas han desvelado de momento su contenido.
"Nuestra propuesta de remedies es muy ambiciosa, responde a las preocupaciones indicadas por la Comisión y garantiza la entrada de nueva competencia en un amplio número de rutas", explican desde IAG.
"Aun así, somos conscientes de la rigurosidad en el escrutinio de la Comisión y anticipamos que pudiera tener objeciones a esta propuesta en un primer momento, pero estamos convencidos de que podremos resolver dichas inquietudes en lo que queda del proceso", ha señalado la compañía.
"Esta operación es positiva para Iberia e IAG, y para Air Europa. Además, gracias a ella España estará mejor conectada. Esta operación aumenta la conectividad y la competencia, no la reduce. Sería un perjuicio para España no lograr en el aeropuerto de Madrid-Barajas las mismas condiciones que disfrutan otros hubs en Francia, Alemania u Holanda", sostiene IAG.
Según ha publicado Financial Times, el Ejecutivo comunitario se disponía a enviar un pliego de cargos formal a IAG y Air Europa en el que formula objeciones a su proyecto de fusión. La Comisión considera que el acuerdo de compra es "más problemático" e "incluso peor" que el fallido de 2019, que se acabó abandonando entre otras cosas por el rechazo de Bruselas, explica el diario.
Al pasar a la fase 2 de investigación, el Ejecutivo comunitario constató que la operación perjudicaría a la competencia sobre todo en las rutas nacionales españolas en las que el tren de alta velocidad no ofrece una alternativa, así como en las rutas entre la España peninsular y las islas Baleares y Canarias.
También afectaría a las rutas de corta distancia entre Madrid y algunas de las principales ciudades del espacio económico europeo, así como en rutas que conectan Madrid e Israel, Marruecos, Reino Unido y Suiza, en las que ambas partes ofrecen una conexión directa.
Finalmente, a Bruselas le preocupan las rutas de larga distancia entre la capital y América del Norte y del Sur, en las que ambas partes ofrecen una conexión directa y sólo hay pocos rivales capaces de ofrecer rutas sin escalas.
Durante su investigación en profundidad, el Ejecutivo comunitario también tiene previsto evaluar si la sólida cartera de derechos de vuelo (slots) de las partes, en particular en el aeropuerto de Barajas, "podría dificultar la prestación de servicios aéreos por parte de otras aerolíneas".
La Comisión también examinará los efectos de la transacción en las conexiones indirectas, concretamente en las rutas de larga distancia hacia América del Sur. Finalmente, a Bruselas le inquieta el impacto de la compra en las rutas en las que otras aerolíneas rivales dependen del acceso a la red nacional y de corta distancia de IAG y Air Europa para sus propias operaciones, lo que podría afectar a sus rutas a destinos internacionales también explotados por IAG.