Cerca de recuperarse de los efectos de la pandemia de la Covid-19, el sector aéreo se enfrenta ahora a un aumento preocupante de los incidentes protagonizados por pasajeros "rebeldes" en los aviones. Comportamientos de los que alerta la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y por los que reclama a los gobiernos que tomen medidas.

Así, según un informe de la asociación, las cifras más recientes muestran que en 2022 se informó de un incidente indisciplinado por cada 568 vuelos, frente a uno por cada 835 vuelos en 2021.

Aunque los incidentes de incumplimiento disminuyeron inicialmente después de eliminar la obligación de llevar mascarilla en la mayoría de los vuelos, la frecuencia comenzó a aumentar nuevamente a lo largo de 2022 y terminó el año con un 37% más de incidentes que en 2021. 

[La cara y la cruz de las aerolíneas españolas de IAG: récord de Iberia y pinchazo en el crecimiento de Vueling]

"La tendencia creciente de incidentes de pasajeros rebeldes es preocupante. Los pasajeros y la tripulación tienen derecho a una experiencia segura y sin complicaciones a bordo. Para eso, los pasajeros deben cumplir con las instrucciones de la tripulación", señaló Conrad Clifford, director general de la IATA.

Los ejemplos más comunes de incumplimiento fueron fumar cigarrillos, cigarrillos electrónicos, vaporizadores y dispositivos de inhalación en la cabina o los baños; no abrocharse los cinturones de seguridad cuando se le indica; exceder la franquicia de equipaje de mano o no guardar el equipaje cuando sea necesario; y el consumo de alcohol propio a bordo. 

Y aunque puedan parecer incidentes sin importancia, estos hechos pueden poner en peligro la seguridad de los vuelos. Por ejemplo, fumar en el baño constituye un riesgo de incendio.

Y el consumo de bebidas alcohólicas no servidas por la tripulación puede resultar en una intoxicación por parte del pasajero, lo que podría tener implicaciones al momento de evacuar la aeronave en caso de una emergencia.

Niveles de incidencia

Estos incidentes son calificados en el nivel 1. Los incidentes de los niveles 2 y 3 son de naturaleza material y suben el grado de peligrosidad de la seguridad de la aeronave. Es el caso de una agresión a un miembro de la tripulación de cabina en el que la lesión sufrida podría impedirle realizar sus funciones esenciales. 

En este sentido, el estudio revela que los incidentes de abuso físico siguen siendo muy raros, pero tuvieron un aumento alarmante del 61% durante 2021, ocurriendo una vez cada 17.200 vuelos. 

Momento en el que el pasajero abre la puerta del avión. Twitter

En estos dos niveles también puede darse el caso de pasajeros rebeldes que dañan o manipulan los equipos de seguridad de la aeronave. Un ejemplo de ello lo tuvimos la semana pasada cuando un viajero coreano de un avión de la compañía Asiana Airlines abrió la puerta del avión justo antes del aterrizaje, a 250 metros de altura. Su ocurrencia provocó dificultades respiratorias y ataques de pánico a decenas de personas.

El último nivel, el 4, está reservado para las situaciones más peligrosas, tales como intento de secuestro, sabotaje y amenaza de muerte. 

Estrategia

Ante estos incidentes, cumplir con el Protocolo de Montreal 2014 o MP14 es importante. Éste se aprobó en 2014, cuando los Estados miembros de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) reconocieron la necesidad de subsanar las limitaciones jurisdiccionales en el derecho aéreo internacional.

En términos sencillos, el MP14 amplía las disposiciones jurisdiccionales del Convenio de Tokio de 1963, para que el Estado de aterrizaje previsto tenga la jurisdicción necesaria y pueda ocuparse de los pasajeros insubordinados con arreglo a su propia legislación, independientemente del Estado de matrícula o registro de la aeronave. Además, el Estado del operador también tiene la opción de ejercer su jurisdicción.

La IATA insta a todos los estados a ratificarlo cuanto antes. Hasta la fecha, unas 45 naciones que comprenden el 33% del tráfico internacional de pasajeros lo han hecho.

Por otro lado, la asociación reclama que se prevengan los incidentes a través de la colaboración con socios de la industria en el terreno (como aeropuertos, bares y restaurantes y tiendas libres de impuestos), incluidas, por ejemplo, campañas de concienciación sobre las consecuencias del comportamiento indisciplinado.