El origen de estos temores está en el anuncio que realizó Boeing hace unos días. El fabricante decidió suspender las entregas de algunos 737 Max para hacer frente a un problema de producción en la parte trasera de algunas aeronaves del proveedor de Spirit AeroSystems. 

Un portavoz de Boeing alertó de que el problema “probablemente afectará a un número significativo de aviones 737 Max no entregados, tanto en producción como en almacenamiento”. Esta situación afecta al 737 Max 8 (el más vendido de Boeing), al Max 7 y el 737 militarizado conocido como P-8. 

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Esta situación afecta a una de las aerolíneas líderes del sector en Europa, Ryanair. No a la flota actual de 540 aviones 737, pero sí a los que faltan por entregar. “Estamos evaluando con Boeing cómo afectará a los 24 aviones 737 cuya entrega está prevista para lo que queda de abril, mayo y junio”, señalan desde la aerolínea a este medio. 

La compañía realizó un pedido de 210 aviones que irá recibiendo en los próximos años y con los que tiene previsto aumentar su tráfico hasta las 225 millones de pasajeros en 2026.

Y más a corto plazo, espera cerrar este año fiscal en 185 millones de pasajeros siempre y cuando estos problemas en las entregas les afecten de lleno. Actualmente, el grupo Ryanair (Buzz, Lauda, Malta Air, Ryanair y Ryanair UK) transporta 168 millones al año con, aproximadamente, 3.000 vuelos diarios. 

No es la única que atisba turbulencias en el sector. “Hay un problema general en la industria y es que no hay aviones”, señalan fuentes cercanas a Air Europa, que también cuenta con un ambicioso plan de compra de aviones que, en principio, está definido. Pero existen dudas. “Boeing tiene la capacidad que tiene de entregar y va acompañando como buenamente puede”, señalan esas mismas fuentes. 

La aerolínea cerró un acuerdo con Boeing para modernizar su flota unificando aviones en torno a los modelos de este fabricante, especialmente con la incorporación de 787 Dreamliner y 737 MAX (procedentes de un acuerdo con los lessors AerCap y Avolon).

En lo que se refiere a este último modelo, que comenzará a volar a partir de 2024, convertirá a Air Europa en la primera compañía española en operar esta aeronave.

¿Caos en verano?

Este problema no es el único al que se enfrentan las aerolíneas en los próximos meses. Se espera que la demanda aérea a nivel mundial aumente. Sin embargo, muchos problemas de capacidad generados el año pasado no se han resuelto. 

Entre ellos, destacan la falta de personal en los aeródromos, problemas en los controles de pasaportes, las huelgas de tráfico aéreo… Todo ello hace anticipar un verano caliente en los aeropuertos.

“Sin duda, 2023 también será un año desafiante para la aviación europea. Requerirá un esfuerzo masivo de todas las partes interesadas para evitar que se repita la situación inaceptable del verano de 2022, cuando se retrasó casi uno de cada dos vuelos y numerosas cancelaciones dejaron a pasajeros frustrados varados en los aeropuertos”, advirtió hace unas semanas Marinus de Jong, presidente de la comisión de evaluación del desempeño de Eurocontrol.