Y lo que va a recurrir es una resolución del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (Tacrc), organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, que ha dado la razón a Tecniberia en el recurso interpuesto el pasado mes de noviembre contra el pliego de licitación de Aena ‘Servicio para el desarrollo, implementación y seguimiento de la Metodología BIM (Building Information Modeling) Fase II’. 

La resolución estima la reclamación en base a la prohibición de utilizar la subasta electrónica como procedimiento de selección de las ofertas económicas en un contrato de servicios de ingeniería con naturaleza de prestación de carácter intelectual. Cabe recordar que la subasta electrónica es un proceso electrónico repetitivo para la presentación de mejoras en los precios de una adjudicación.

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También entiende el incumplimiento de la regla relativa a que el precio no puede ser el único factor determinante de la adjudicación en un contrato de prestaciones de carácter intelectual y que los criterios relacionados con la calidad representen, al menos, el 51% de la puntuación total. 

Pero Aena se justifica. “Desde el año pasado una normativa de la UE obliga a hacer cruce técnico-económico, no a que se imponga la económica, en los trabajos considerados intelectuales”, señalan fuentes del gestor a este medio. Y añade que “Aena lo cumple desde el año pasado, si bien considera que este servicio no es trabajo intelectual”. 

Por todo ello, la compañía recurrirá la resolución fechada el 9 de febrero de este año y para la que cabe interponer recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional, en el plazo de dos meses.

Sin embargo, la batalla con Tecniberia viene de atrás. En 2021, otra resolución por los pliegos de otro contrato dio la razón a la asociación. En este caso se trataba del concurso de ‘Servicios consistentes en la ATRP (Asistencia Técnica para la Redacción del Proyecto) y ATDOCV (Asistencia Técnica de Control y Vigilancia de las obras y la Dirección de Obra) para actuaciones descentralizadas en aeropuertos de Aena’.

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La compañía interpuso un recurso contra los pliegos y el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales le dio la razón. En este caso los motivos eran los mismos, solo cambia el objeto del contrato que Hacienda también entendió que tenía carácter intelectual y, por tanto, afeaba el proceso por subasta. 

“El problema es que Aena no hace caso de esta resolución y sigue ofertando contratos con condiciones en las que da preferencia a las ofertas muy bajas”, señalan desde la compañía.

Otros casos

Desde hace años, muchas empresas están en pie de guerra contra Aena por la dinámica en la que se cayó de contratar a precio, en detrimento de la calidad, de ahí la relevancia de estos pronunciamientos. 

Así, además de Tecniberia, otras empresas han denunciado las condiciones de los pliegos de otros contratos de Aena. De hecho, el caso de las ingenierías es bastante recurrente. La patronal de empresas de ingeniería Fidex denunció en 2016 que Aena incumplió la directiva europea de contratación pública mediante subasta electrónica como en la adjudicación del contrato de servicios de asistencia técnica para la adecuación de la plataforma del aeropuerto Tenerife Sur.

En 2018, por ejemplo, la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (Aspel) denunció que las subastas electrónicas a precio de Aena para la licitación de contratos de servicios en los aeropuertos españoles estaban apartando a las compañías del sector de la adjudicación de los mismos.

Y recientemente, la Asociación Española de Operadores Comerciales de Aeropuertos, Puertos y Estaciones (Aeocape), la patronal que representa a los operadores comerciales en los aeropuertos, ha interpuesto un recurso contencioso en la Audiencia Nacional por contra los pliegos de los concursos de restauración para el aeropuerto Madrid-Barajas. Entre otras cosas, se opone al empleo de la subasta electrónica del gestor para elegir adjudicatario. 

Los problemas con los contratos de Aena van más allá. Cabe recordar que el gestor aeroportuario español dio entrada recientemente en el proceso de tiendas duty free, el mayor del mundo del sector por volumen de negocio, a China Duty Free, compañía propiedad del Estado chino. Algo que despierta ciertas dudas sobre si las empresas privadas que se presentan al concurso competirán con una compañía que recibe el apoyo de la segunda mayor economía del mundo.