"Iros a la mierda". Así de contundente se ha mostrado este miércoles Elon Musk cuando le han preguntado por los anunciantes que se estaban planteando retirar su publicidad de X (antes Twitter) como consecuencia de su apoyo a un comentario antisemitas en la red social que controla desde algo más de un año.
Este último desencuentro de los muchos que se han registrado en los últimos tiempos entre el multimillonario inversor y los anunciantes de X ha tenido lugar durante su participación en el evento 2023 DealBook Summit organizado por el periódico The New York Times.
Durante su intervención, el periodista Andrew Ross Sorkin preguntó a Musk por su reciente viaje a Israel, que había sido percibido como un "viaje de disculpa" por la polémica generada por su respaldo a un comentario en X que afirmaba que la comunidad judía estaba fomentando el "odio hacia los blancos".
Cuando el periodista de The New York Times aludió a que este comentario estaba provocando que algunos anunciantes se estuvieran planteando retirar la publicidad de la red social, Musk no sólo les animó a ello, sino que directamente les mandó "a la mierda".
"¿Alguien va a intentar chantajearme con publicidad? ¿Chantajearme con dinero? Iros a la mierda (Go fuck yourself en inglés). Iros a la mierda. ¿Está claro?", espetó Elon Musk.
A continuación, se dirigió al público y dijo: "¡Hola Bob! (Hi, Bob! en inglés)". Probablemente este saludo iba dirigido a Bob Iger, consejero delegado de The Walt Disney Company, quien horas antes se había referido en ese mismo foro a su decisión de retirar la publicidad de su compañía de Twitter.
Asimismo, el también consejero delegado de Tesla aseguró que este boicot publicitario podría acabar con X, lo que a su vez llevaría a los seguidores de la red social a boicotear a aquellos anunciantes que provocara el cierre de Twitter.
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"Lo que este boicot publicitario va a hacer es matar a la compañía. Y el mundo entero sabrá que esos anunciantes mataron a la empresa y lo documentaremos con todo lujo de detalles", agregó.
Según informes internos recogidos por The New York Times hace unos días, la polémica generada por el respaldo de Musk a comentarios antisemitas podría llevar a X a perder hasta 75 millones de dólares (68,8 millones de euros al tipo de cambio actual) en ingresos publicitarios antes del cierre de este ejercicio.
La relación entre Elon Musk y los anunciantes de X nunca ha sido especialmente buena. De hecho, el propio hecho de que el multimillonario inversor se convirtiera en el dueño de Twitter provocó una importante fuga de publicidad de la red social.
Como medida para mejorar esta relación, Musk fichó el pasado mes de mayo a Linda Yaccarino, hasta entonces directora de Publicidad de NBC Universal, como nueva consejera delegada de la compañía. Estos últimos comentarios del dueño de X no ayudarán precisamente a Yaccarino en su esfuerzo por tender puentes con los anunciantes.