Así lo aseguran voces al tanto de los análisis del grupo público, quienes explican que no está sobre la mesa buscar socios que acompañen en la operación. En cualquier caso, fuentes oficiales insisten en que en este momento no hay nada más que "un análisis" y, por tanto, eluden hacer nuevos comentarios sobre la cuestión. 

El proyecto de compra de títulos de Telefónica, de consumarse, tardará tiempo en ser ejecutado. La adquisición debería hacerse en el mercado y a precios de mercado, por lo que alcanzar el 5% llevará meses. Otra cosa sería encontrar un accionista dispuesto a vender un paquete accionarial significativo que aproxime el objetivo. 

Negociación con Stc

Algunas informaciones hablan de la posibilidad de que el Gobierno y Stc estén negociando que el grupo saudí se plante en el 4,5%. De este modo, el 5% restante que ostenta en derivados sería adquirido por la Sepi.

Se trata de una remota opción, pues fuentes cercanas a la operadora saudita la niegan. Aseguran a EL ESPAÑOL-Invertia que los planes son los mismos que cuando se anunció la operación, y que esto pasa por solicitar la conversión de los derivados para ostentar el 9,9%. 

Otra posibilidad para la Sepi estaría en los dos grandes accionistas nacionales de Telefónica: BBVA y CaixaBank. Ambas entidades han descartado ya ampliar su posición accionarial. La primera tiene el 4,85% y la segunda un 3,5%. En el caso del banco azul, su consejero delegado, Onur Genç, ha recordado que es una participación financiera y que se sienten cómodos en los niveles actuales. 

Es cierto que sus acciones están consideradas como activo a la venta, pero llevan años en esa situación y el banco ni compra ni vende títulos. ¿Significa esto que estén abiertos a vender? Fuentes de la entidad consideran improbable la posibilidad. Lo mismo ocurre con CaixaBank, cuyo consejero delegado, Gonzalo Gortázar, insistió la pasada semana en su compromiso con Telefónica y celebró la llegada de inversores extranjeros a las empresas españolas. 

Mercado

De confirmarse, a la Sepi no le quedaría otro remedio que lanzarse al mercado. Y pagar los cerca de 1.000 millones que cuesta alcanzar la posición. Eso sí, previamente tendrá que someter la operación a controles internos para buscar la financiación necesaria. 

Parece descartarse así la posibilidad de que haya un grupo de inversores nacionales que acompañen al Estado en crear ese núcleo duro frente a Stc. De momento, como ha contado EL ESPAÑOL-Invertia, existe un mandato a Goldman Sachs para sondear el apetito de posibles inversores. Sin embargo, parece que -por ahora- no ha terminado de dar resultados. 

Sobre la mesa se han puesto nombres como el de Amancio Ortega. Sin embargo, fuentes de Pontegadea han negado a este diario cualquier intención del empresario gallego de adentrarse en una operación de este tipo. De hecho, como ha contado este diario, el propietario de Inditex suele invertir en compañías que crean redes, no en aquellas que ofrecen servicios. 

En el mercado las noticias de la llegada de la Sepi a Telefónica han sido bien acogidas. Los títulos de la operadora cerraron este martes en los 3,65 euros con una subida del 1,67% en las últimas dos jornadas. 

España no es el único

De confirmarse la entrada de la Sepi en el capital de Telefónica, España no sería el único país en el que el Estado tiene una participación en sociedades estratégicas dentro de la Unión Europea (UE). Sin ir más lejos, el mayor accionista del grupo Orange, operadora de telecomunicaciones con filial en nuestro país, es precisamente el Estado francés con el 13,39%, al que habría que sumar el 9,6% en manos del banco público de inversiones francés Bpifrance.

En la alemana Deutsche Telekom el Gobierno alemán cuenta con una participación directa del 13,8%, mientras que el banco público KfW ostenta un 16,6%. En el caso de Telecom Italia, el peso del Gobierno en el accionariado del operador incumbente es de un 9,81%, mientras que en Suecia el Ejecutivo posee el 39,5% de Telia.

Sin embargo, Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofín, apunta que al tratarse de una empresa privada, la entrada de la SEPI en Telefónica "debería producirse con el consenso del resto de accionistas, y la participación que adquiriese tendría que ajustarse a los precios del mercado para poner en el valor a la compañía".

"Esa entrada no debería impedir o excluir la de cualquier otro accionista que quisiera adquirir títulos de Telefónica porque, tanto en un caso como en otro, los beneficiarios finales serían todos los accionistas en la medida en que se captan nuevos fondos e inversores para la empresa de telecomunicaciones", incide Balado.