Seguirán así lo recogido en el Real Decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones extranjeras. En él se señala que una operación que afecta a intereses de Defensa se debe registrar ante la dirección general de armamento y material del Ministerio, que en estos momentos encabeza el almirante Aniceto Rosique Nieto.

A partir de ahí comenzarán a correr los plazos para que el Gobierno diga si da el 'ok' a la operación o si, por el contrario, la rechaza. Una resolución que corresponderá al Consejo de Ministros a propuesta de la ministra Margarita Robles y previo informe de la Junta de Inversiones Exteriores. 

Convencidos

Fuentes cercanas a Stc dicen estar convencidas de que no existen motivos para que se rechace una compra que es "amistosa", y que se ajusta a la legalidad dado que el grupo ya ha mostrado su intención de no buscar el control de Telefónica, ni interés alguno en cambiar el equipo directivo de la operadora. 

Con este movimiento el grupo saudí refuerza su posición adelantada el pasado martes por la noche cuando anunció su entrada en Telefónica: están dispuestos a convertirse en el primer accionista y no tienen pensado renunciar a ninguno de sus derechos políticos. Es decir, ni a dejar pasar la oportunidad de estar en el consejo de administración ni a dejar de utilizar sus derechos de voto en las juntas de accionistas. 

Este aspecto es muy importante. Según la normativa, si hubiera renuncia expresa "en escritura pública" a esos derechos políticos, no sería necesaria la autorización para hacerse con el 9,9% de Telefónica. Pero ese es un escenario que los saudíes no manejan en este momento, según ha podido confirmar este diario. 

De hecho, en la operadora española están a la espera de conocer cuáles son las pretensiones de Stc en lo que se refiere a sus derechos políticos. Estos detalles son los que deberían trasladar los representantes saudíes al presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, en la reunión que han mantenido en Riad en las últimas horas y de la que no han trascendido detalles. 

Nadia Calviño

Se trata de un encuentro de suma importancia, pues en él Pallete debería haber recibido detalles de las intenciones de los nuevos inversores. De hecho, será éste quien traslade al Gobierno sus pretensiones y su opinión sobre la operativa será tenida en cuenta para decidir si se da el visto bueno o no a la entrada de Stc. 

De momento, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) está analizando ya si se ha cumplido la normativa en la adquisición de las acciones de Telefónica. 

El Ejecutivo permanece a la espera, y aunque la autorización depende de Defensa, parece que la coordinación de las actuaciones va a recaer en la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, que se encuentra ya en Nueva Delhi para participar en la reunión del G20 y a donde finalmente no acudirá el presidente Pedro Sánchez al haber dado positivo para Covid. 

Durante el encuentro ninguno de los dos representantes españoles tiene previsto reunirse con miembros del gobierno saudí, según confirman a EL ESPAÑOL-Invertia fuentes de Moncloa. 

El sector empresarial

La partida acaba de comenzar, pero en el sector empresarial la llegada de los saudíes a Telefónica no ha sido mal recibida del todo. Se insiste en que estamos ante una operación de mercado, que sólo podría ser vetada si se considera que Telefónica es un activo estratégico para la Defensa de España y que, por tanto, hay que aprobar la operación. 

De hecho, JP Morgan considera que es muy posible que el Ejecutivo adopte la misma doctrina que en el año 2013 cuando rechazó un acercamiento de AT&T para hacerse con el 100% de Telefónica por 122.000 millones de dólares. 

Sin embargo, otras casas de análisis no lo tienen tan claro. Recuerdan, además, que la entrada de un nuevo inversor es un respaldo a la estrategia mantenida hasta ahora por el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. De hecho, el líder de Telefónica está preparando ya un nuevo plan estratégico a 2026 que se presentará al mercado el próximo mes de noviembre.