La fusión entre Orange y MásMóvil permitirá reducir de cuatro a tres el número de grandes operadores de red de telefonía móvil en España. Sin embargo, esta unión podría llevar también a un proceso de consolidación en otro negocio muy vinculado a este: el de las infraestructuras de las telecomunicaciones.
De salir adelante la operación propuesta para la fusión de las actividades del segundo y el cuarto operador del mercado español, el número de proveedores del equipamiento pasivo de las redes de telecomunicaciones (como las torres, los postes o sus sistemas de suministros) superaría al de sus clientes.
En concreto, en España existirían cuatro empresas proveedores y todas ellas con una cuota de mercado no muy diferente (entre 8.000 y 11.000 torres): Cellnex, American Tower (surgida tras las compra de las torres de Telefónica en enero de 2021), Totem (filial de Orange) y Vantage Towers (filial de Vodafone).
Cuatro proveedores de infraestructuras de telefonía móvil que únicamente tendrían en España tres clientes con red propia: Telefónica, Vodafone y el grupo que surja tras la fusión entre Orange y MásMóvil.
Todo ello siempre y cuando las condiciones que las autoridades de competencia de la Comisión Europea (CE) impongan a la operación de fusión, lo que se conoce popularmente como 'remedies', no supongan la creación de un nuevo operador de red en el mercado español.
Las cuentas no salen
En un encuentro con la prensa antes de la junta general de accionistas de Cellnex Telecom, su consejero delegado, Tobías Martínez, ha hecho referencia a esta particularidad que supondría que el mercado español acabara tras la fusión con tres operadores y cuatro compañías de torres.
En su opinión, "difícilmente tiene sentido" que haya más empresas proveedoras de infraestructuras que clientes. "A alguien no le van a salir los números o alguien no va a cumplir su 'business plan' (plan de negocio)", ha apuntado.
En el caso de Cellnex, ha asegurado que España es un "mercado muy maduro" para la compañía, donde tiene una dimensión "importante" y cuenta con muchos tipos de servicios. Algo que les va a permitir afrontar este posible escenario de consolidación con "una mayor diversificación de las líneas de ingresos, una mayor relación con los clientes y, por lo tanto, una mayor robustez".
En este sentido, ha incidido en que Cellnex sigue renovando los contratos que tiene con sus actuales clientes, lo que les otorga un importante nivel de transparencia y previsión sobre la continuidad de los servicios que ofrece el proveedor de infraestructuras. "Otra cosas podría ser el crecimiento, pero los servicios que tenemos se están renovando", ha subrayado.
Impacto de la fusión para Cellnex
En cuanto al impacto concreto que va a tener la fusión en la relación que mantiene Cellnex como proveedor de estas compañías, Martínez ha admitido que es difícil de decir cuando todavía no se conocen las condiciones que las producirá la fusión y las condiciones que se les imponga.
No obstante, ha recordado que los contratos que la Cellnex tiene con ambas compañías "en su gran mayoría" son a largo plazo, aunque no todos. Esto se debe a que en las operaciones de compra de activos se garantizan contratos a largo plazo con el vendedor, como ocurrió en la adquisición de las torres de MásMóvil hace unos años.
"Iremos viendo cuál es el resultado final de la integración de estos dos operadores, pero en cualquier caso tenemos un alto grado de relación con estos clientes y creo que seguiremos teniendo muchas oportunidades de colaboración con ellos, mas allá de los contratos que tengamos y de los posibles impactos menores que tenga la operación", agregó.
En general, Martínez se ha mostrado "muy contento" con el desempeño de Cellnex en el mercado español y su legado, aunque ha reconocido que le gustaría hacer más en él, "como en todo los demás países". Además, ha admitido que le hubiera gustado ser el comprador de las torres de Telefónica, que finalmente cayeron en manos de American Tower, pero "no es posible ganar todos los procesos".
Auge de las infraestructuras
La revalorización bursátil que ha vivido Cellnex en los últimos años es un claro ejemplo del interés que han despertado las empresas de infraestructuras de telecomunicaciones en los mercados en los últimos tiempos. La compañía escindida de Abertis debutó hace siete años en bolsa a 14 euros por acción y ahora vale 45 euros, aunque ha llegado a situarse en torno a los 60 euros.
Las características de las torres de telecomunicaciones, similares a otras grandes infraestructuras, son el principal atractivo para aquellos inversores que buscan unos retornos "estables y altamente visibles". Los ingresos están generalmente garantizados con contratos a largo plazo y estables, los gastos de mantenimiento son bajos y su vida útil es larga.
En este contexto, las grandes operadores de telecomunicaciones han seguido los pasos dados en el pasado por sus homólogas estadounidenses y se han decidido a capturar el valor de sus infraestructuras. Para ello, las compañías han decidido seguir distintas estrategias.
Telefónica optó por vender sus torres en Europa (España y Alemania) y en Latinoamérica (Brasil, Perú, Chile y Argentina), englobadas en su filial Telxius, a American Tower por un importe de 7.700 millones de euros. Una operación que se saldó con un múltiplo récord de 30,5 veces el resultado bruto de explotación (OIBDAaL).
Por su parte, Orange y Deutsche Telekom escindieron esta actividad en sendas filiales, Totem y DT Towers, para capturar las oportunidades de crecimiento que pudieran surgir. De hecho, DT tiene en marcha en este momento un proceso de venta de su filial de torres en el que participa Cellnex.
En el caso de Vodafone, la operadora británica creó Vantage Towers con sus infraestructuras de telefonía móvil en diez países europeos y ha sacado a bolsa una parte de la compañía, todo ello con vistas a seguir buscando oportunidades de crecimiento en el futuro.