El 75% de la población española tendrá acceso a cobertura 5G en el año 2025, al igual que las principales carreteras, redes de ferrocarriles y otros puntos singulares como aeropuertos. Este el objetivo que se ha marcado el Gobierno en su estrategia para impulsar el desarrollo de la quinta generación de la telefonía móvil en el país y que supone un verdadero reto para el sector de las telecomunicaciones.
Para alcanzar este nivel de despliegue de la infraestructura 5G en España será necesario un importante esfuerzo de inversión y colaboración entre los diferentes actores. Y en tan sólo tres años. Las cifras que Blanca Ceña, directora de Vantage Towers en España, comparte con EL ESPAÑOL-Invertia son una prueba de la magnitud de este desafío al que se enfrenta el sector.
En concreto, será necesario actualizar los alrededor de 50.000 emplazamientos que existen actualmente en España, ya que todo el equipamiento de telecomunicaciones que está instalado ahora en ellos no permite utilizar las frecuencias que se han establecido como prioritarias para las conexiones de 5G.
"En España, los que formamos parte del sector de las telecomunicaciones, tanto los que gestionamos los emplazamientos pasivos como los operadores móviles, vamos a tener que hacer toda una actualización a 5G, en cada uno de los emplazamientos de radio que hay que en estos momentos", incide Ceña.
Al mismo tiempo, hay que construir entre 1.500 y 6.500 torres en zonas rurales o en las que no hay actualmente cobertura de telefonía, asumiendo además que estas serán utilizadas por todos los operadores para evitar duplicidades. Esta cifra dependerá también de si se reutilizan al máximo las infraestructuras ya existentes o no.
A estas nuevas infraestructuras, destinadas a evitar una mayor brecha digital en el país, hay que sumar también los despliegues que serán necesarios para ampliar la capacidad de la red existente. El objetivo es que esta sea capaz de soportar el aumento de dispositivos conectados y de volumen de datos intercambiados que se prevé que traiga consigo la nueva tecnología móvil.
"Es difícil estimar un número ahora mismo, dependerá mucho del caso de uso de 5G que provoque la explosión de datos esperable", incide Ceña, quien añade que estos despliegues se realizarán sobre todo en entornos urbanos, por lo que en su gran mayoría serán smallcells que se instalen en mobiliario urbano.
Inversiones millonarias
Todas estas actualizaciones de la red y nuevos despliegues van a requerir de un nuevo esfuerzo inversor por parte de las compañías de telecomunicaciones, tanto de los operadores tradicionales como de las empresas de infraestructuras. Según apunta Ceña, se estima que harán falta alrededor de 6.000 millones de euros para llevar a cabo todo este proceso.
En concreto, detalla que la inversión necesaria para la actualización de las redes existentes a 5G ascenderá a unos 5.000 millones de euros. Por su parte, adaptar emplazamientos o construir nuevos y dotarlos con el equipamiento 5G para la cobertura rural puede llegar a suponer otros 1.000 millones de euros adicionales.
"El despliegue de la infraestructura 5G es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el sector de las telecomunicaciones, ya que requerirá un mayor aprovechamiento de la infraestructura pasiva existente (torres de comunicaciones y antenas en azoteas), y la densificación de las redes actuales con nuevos emplazamientos", incide la directora de Vantage Towers en España.
Por este motivo, remarca que las empresas que se dedican a operar estos emplazamientos, como Vantage Towers, deben buscar alternativas a la colocación de torres o antenas en zonas en las que haya mucha intensidad de uso. Por ello, se comenzará a apostar por emplazamientos incluidos en el mobiliario urbano, como farolas o postes de luz.
Ceña explica que actualmente se están analizando todas las posibilidades reales de reutilización de infraestructura existente. "Hay voluntad de hacerlo, lo importante es encontrar las soluciones técnicas que permitan abordarlo y, por supuesto, los modelos de negocio viables para todas las partes implicadas", asegura.
Un proyecto de Estado
Respecto a las obligaciones de cobertura que ha fijado el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, y que se han plasmado en las subastas de las bandas de frecuencias prioritarias para el 5G, Ceña advierte de que van a suponer "una cantidad ingente de inversión y esfuerzo".
La directora de Vantage Towers en España menciona, por ejemplo, que serán necesarios muchos medios materiales, un gran número de profesionales expertos e importantes recursos. Elementos que "requerirán para su puesta en marcha de la colaboración entre Administraciones públicas y empresas".
Este escenario hace que sea "indispensable" que desde la administración se agilicen los trámites pertinentes, así como que se maximice la reutilización de las infraestructuras ya existentes. Adaptarlas para su uso para 5G minimiza la necesidad de construir emplazamientos nuevos, lo que requiere volúmenes mucho mayores de inversión.
Otro aspecto que añade más tensión a la necesaria modernización de las redes es que esta debe hacerse en un plazo "muy corto, de tres años". Un periodo en el que será clave la gestión de los fondos europeos Next Generation asignados al 5G. En concreto, la Estrategia de impulso de la tecnología 5G prevé inversiones de 2.000 millones de euros hasta 2025 en torno a la nueva generación móvil.
Ceña considera que estos fondos suponen "una gran oportunidad" para asegurar la llegada de esta tecnología a zonas en las que hoy ni siquiera hay cobertura móvil, pero advierte de que deberán ser ejecutados "en muy poco tiempo" para cumplir con los plazos que se han contemplado.
Por todo ello, considera que el reto es ver la implantación del 5G como "un proyecto de Estado", en el que todos los agentes apuesten por trabajar conjuntamente para hacerlo posible y real y lograr capturar todos los beneficios que puede aportar la quinta generación de la telefonía móvil.
Entre ellos, frenar la despoblación y cerrar la brecha digital, el impulso al trabajo en remoto -con el que atraer a profesionales cualificados a este entorno laboral-, el uso de la telemedicina en entornos rurales, la estimulación de la industria o la consecución de procesos empresariales que fomenten la sostenibilidad y el aprovechamiento de los recursos.
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