La apuesta de las operadoras de telecomunicaciones europeas por acercar las redes de fibra óptica y de 5G a la gran mayoría de los habitantes del Viejo Continente ha provocado que las inversiones realizadas por las compañías en los últimos tiempos se sitúen en niveles históricos.
Sin embargo, pese a este esfuerzo inversor realizado por las compañías, Europa está todavía por detrás de otras grandes potencias mundiales, como Estados Unidos o Corea del Sur, en su impulso al despliegue a las redes de nueva generación. Un retraso que las empresas achacan a que las condiciones del mercado europeo no son precisamente las mejores para invertir. Un escenario que ven imprescindible revertir para aprovechar todo el potencial que ofrece la transformación digital.
"La sostenibilidad del sector debería animar a una decidida acción política -por parte de los autoridades- con el objetivo de mejorar drásticamente el clima de inversión", asegura en su último informe anual ETNO, la patronal europea del sector de las telecomunicaciones de la que forman parte los operadores del Viejo Continente, como Telefónica, BT, Orange o Deutsche Telekom.
En concreto, un informe encargado por la asociación a la firma Analysys Mason señala que el sector europeo de las telecomunicaciones cerró 2020 con un nivel de inversiones (Capex) récord de 52.500 millones de euros en 2020, un 1,5% más que los 51.700 millones de euros de 2019.
En términos absolutos se trata del importe más elevado en cuatro años, pero si se tiene en cuenta la intensidad de inversión (la proporción de los ingresos dedicados a capex), esta ha alcanzado su nivel más alto en la historia reciente con un 19%. Un porcentaje superior al registrado en países como Estados Unidos, Corea del Sur o Japón.
Frenos a la inversión en Europa
Sin embargo, estas cifras maquillan la verdadera realidad de las inversiones en telecomunicaciones en Europa: en comparación con el nivel de población, estas siguen estando por debajo de las que realizan otras grandes economías mundiales. De hecho, en términos de gastos de capital (Capex) per cápita, el importe en Europa es de 96,3 euros, frente a los 115,4 euros de Corea del Sur, los 191,9 euros de Estados Unidos o los 214 euros de Japón.
El motivo de este ritmo "relativamente lento" de inversión en tecnologías que serán claves en el mundo digital del futuro, como son las redes de fibra y el 5G, se debe a los bajos precios que se pagan en Europa por los servicios de telecomunicaciones en comparación con otros países, que han provocado que su situación financiera y de mercado de las empresas de la región sean peores que en otros partes del mundo.
En concreto, el informe apunta que los ingresos de las 'telecos' europeas, que operan en un mercado "altamente regulado", son menores que en otras economías. En concreto, el ingreso medio por usuario en telefonía móvil fue de 14,4 euros en 2020 en Europa, frente a los 37,9 euros de Estado Unidos y los 25 euros de Corea del Sur.
Un nivel demasiado bajo de facturación por cliente que también va ligado a un menor uso de los datos por parte de los europeos. Así, en el Viejo Continente el consumo medio por usuario de datos móviles por persona fue de 8,52 GB en 2020, frente a los 10,62 GB de Estados Unidos y los 12,52 GB de Corea del Sur.
En este escenario, los indicadores financieros muestran un peor desempeño de las operadoras europeas respecto a sus pares en el resto del mundo, salvo contadas excepciones. Por ejemplo, la ratio entre el valor de la empresa y el resultado bruto de explotación (Ebitda) ha caído en comparación con los niveles previos a la pandemia de la Covid-19, mientras que el nivel de deuda neta respecto al Ebitda ha subido.
Y todo esto se ha trasladado a los mercados financieros, donde las acciones de las empresas europeas de telecomunicaciones han mostrado un rendimiento inferior al registrado tanto por el Stoxx Europe 600 como por el índice de telecomunicaciones Stoxx Global 1800 desde el primer trimestre de 2016.
Reducir la fragmentación
En este contexto, ETNO reivindica la importancia de contar con un sector de las telecomunicaciones "fuerte" en Europa y pide a los políticos y reguladores de los países del continente que sean conscientes de las implicaciones estratégicas que tiene en la actualidad este mercado.
Así, defiende que el aumento de la inversión y la resiliencia del sector son "deseables" desde un punto de vista social y se han convertido en elementos claves para lograr el objetivo de que Europa cuente con una autonomía estratégica abierta en este ámbito.
Uno de los elementos para lograrlo pasa por reducir la excesiva fragmentación de los mercados de telecomunicaciones europeos, que sigue siendo la más alta entre las principales regiones del mundo debido a la regulación y la ausencia de un mercado único. En consecuencia, Europa tiene 38 grandes grupos de telecomunicaciones, frente a los siete de Estados Unidos, los cuatro de Japón o los tres de Corea del Sur.
En los últimos tiempos, los operadores europeos no han cesado de reclamar una consolidación del sector e incluso se han mostrado proactivos a la hora de abordar este proceso, como ha hecho Vodafone esta misma semana. Queda por confirmar si Bruselas está más abierta que en el pasado a dar su visto bueno a operaciones de concentración que reduzcan el número de actores en el mercado, como apuntan los analistas.
Resultados de las inversiones
Peso a todo, ETNO defiende que todo el esfuerzo inversor realizado en los últimos años por las compañías ya ha dado sus frutos y ha permitido que la cobertura de fibra en Europa haya superado por primera vez el 50% de la población en 2021. En concreto, la red de fibra óptica hasta el hogar (FTTH) llega ya al 51,6% de los hogares, frente al porcentaje de 44% en el que cerró 2020.
El informe detalla que Europa sigue manteniendo una mejor posición que Estados Unidos en cuanto a despliegue de fibra (la cobertura a cierre de 2021 en el país norteamericano rondaba el 37%). Sin embargo, advierte de que los grandes operadores estadounidenses han acelerado los despliegues en los últimos meses.
En cuanto a la telefonía móvil, destaca que en un año se ha duplicado el porcentaje de europeos que tiene acceso a una red 5G, desde el 30% hasta el 62%. Sin embargo, la penetración de esta tecnología sigue siendo muy baja, ya que únicamente un 7,4% de los abonados disfrutaba de conexiones 5G en 2021, porcentaje que se espera aumente al 18% en 2022.
Todos estos datos reflejan que, pese a acelerarse en los últimos tiempos la inversión en 5G, Europa continúa todavía a la zaga de sus principales rivales, ya que la cobertura de la quinta generación de la telefonía móvil es ya del 93,1% en Estados Unidos y del 93,9% en Corea del Sur.
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