La posición de liderazgo que mantiene desde hace años España en el despliegue de fibra óptica seguirá afianzándose con vistas a 2025. Para esa fecha, el país será la única de las grandes economías europeas que tenga el 100% de sus hogares conectados por esta tecnología de banda ancha fija.
Así lo recoge un informe de la agencia de calificación Moody's, que constata la apuesta que llevarán a cabo en los próximos cinco años los operadores europeos de cable para dar el salto a las de fibra óptica. Todo ello para evitar perder competitividad en un entorno cada vez más conectado.
Una carrera en la que España parte con ventaja, ya que en 2020 la cobertura de banda ancha con fibra óptica a 100 Mbps alcanzó el 88% de la población, cuatro puntos más que en 2019, según datos del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
Con estos porcentajes, el país se sitúa muy por encima de los niveles de cobertura de otros grandes países europeos. Por ejemplo, en Francia el número de hogares con fibra es el 60% del total, mientras que en Italia no llega al 40%, en Reino Unido ronda el 20% y en Alemania está por debajo del 20%.
Según datos de FTTH Council, la cobertura de fibra a finales de 2020 en el conjunto de la Unión Europea (UE) y Reino Unido era del 44% y, según calcula Moody's a partir de los planes presentados por las compañías, el objetivo es elevar este porcentaje al 70% en 2025.
Perspectivas a cinco años
Para esa fecha, Moody's estima que España habrá alcanzado una cobertura de fibra óptica del 100%. De esta manera, será el primer y único país que dentro de cinco años tenga prácticamente todo su territorio cubierto con esta tecnología de banda ancha.
Una de las herramientas con las que cuenta el Gobierno para lograr este objetivo es el plan UNICO-Banda Ancha. Una vez se ejecuten los proyectos de su convocatoria de 2021, cuya resolución provisional se publicó el pasado jueves, la cobertura de redes con velocidad superior a 100 Mbps alcanzará el 95% de la población en 2023.
Entre el resto de países europeos, la agencia de calificación europea destaca la evolución prevista en Francia e Irlanda donde la cobertura de las redes de banda ancha fija ultrarrápida superará el 90% a finales de 2025.
Asimismo, también hace mención especial a la aceleración del despliegue en Reino Unido, donde BT prevé llevar su fibra a 25 millones de hogares a finales de 2026, frente a los 5,2 millones con lo que contaba en junio del 2021.
Aún así, advierte de que muchos grandes operadores de telecomunicaciones siguen estando todavía por debajo de los objetivos de despliegue de fibra que se habían marcado.
Por otro lado, Moody's también destaca que, además de los operadores tradicionales de telecomunicaciones, algunas empresas de infraestructuras y compañías de servicios públicos como la electricidad o el gas (utilities) también están desplegando redes de fibra en Europa.
El salto del cable a la fibra
El avanzado grado de despliegue de la fibra óptica en España está haciendo que el país no esté siendo escenario de la batalla que está teniendo lugar en Europa entre las compañías de híbrido de fibra coaxial (HFC) y los operadores tradicionales de cable de cobre que ya han dado el salto a la fibra.
Los operadores de HFC están viendo como el despliegue de fibra de sus tradicionales rivales de cobre les está haciendo perder la que ha sido su principal ventaja competitiva hasta ahora, la velocidad de su red. Gracias a ella, en el pasado pudieron crecer mucho más rápido en ingresos y ganar cuota de mercado.
Sin embargo, la fibra óptica ha permitido a los operadores de telecomunicaciones tradicionales, liderados por los incumbentes de cada país, diseñar redes más rápidas y más seguras, una tendencia que Moody's espera se acelere en los próximos cinco años en muchos países europeos.
"Esta mayor competencia en las redes, junto con un mercado de banda ancha más maduro, se ha traducido en una mayor competencia para los operadores de HFC, como refleja la ralentización en los últimos años del crecimiento de sus ingresos y del incremento de sus cuotas de mercado", añade.
En este contexto, considera que la adopción y el ritmo de despliegue de FTTH por parte de estas compañías será diferente en cada mercado. Así, el informe detalla que estará impulsado principalmente por el coste (si es menor que el de actualizar la tecnología de su red HFC) y el nivel de competencia.
A este respecto, apunta que la actualización de las redes HFC a nuevos estándares como el DOCSIS 3.1, sigue siendo una "opción atractiva" para los operadores de cable debido a que conlleva tanto un menor coste como un menor tiempo de implementación, aunque no permite ofrecer las mismas características que la fibra.
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