El coronavirus está dejando heridas de gravedad a buena parte de las empresas disruptivas que en los últimos cinco años han amenazado con cambiar las reglas de la economía mundial. Empresas como Airbnb o Uber no ha podido resistir el parón mundial de la economía ni el confinamiento de la mayoría de los países en Europa o Estados Unidos.
Airbnb es la mayor red de alojamientos turísticos de todo el mundo sin tener ni un solo piso en propiedad, Uber es la red más grande de transporte sin tener coches, Glovo tiene a su disposición a la mayor cadena de restaurantes sin tener ningún establecimiento y Wallapop es el mayor marketplace sin tener almacenes ni redes de distribución. Y llevan una década amenazando a los históricos de sus respectivos sectores... hasta ahora.
Estas compañías se han enfrentado a su primera gran crisis económica y resisten con grandes dificultadas y con brutales recortes de plantilla. En las últimas 24 horas se han conocido despidos de buena parte de la plantilla de dos iconos de esta nueva economía: Airbnb ha anunciado la salida de 1.900 personas, el 25% de la plantilla, mientras que Uber recortará 3.700 empleos, el 14% del total.
En el caso de Airbnb, la compañía se encuentra en mitad de una crisis histórica del sector turístico provocada por la pandemia del coronavirus, y ha visto desaparecer su negocio casi por completo en los últimos dos meses, en un mundo nuevo donde se han restringido los viajes y donde los alquileres turísticos carecen de sentido, al menos por el momento.
"Estamos viviendo colectivamente la crisis más desgarradora de nuestra vida y, a medida que comenzó a desarrollarse, los viajes globales se paralizaron", dijo el consejero delegado, Brian Chesky, a los empleados, según CNBC. "El negocio de Airbnb se ha visto muy afectado, y se prevé que los ingresos de este año sean menos de la mitad de lo que ganamos en 2019".
Recortes en Uber
La compañía, además, detendrá sus proyectos relacionados con hoteles, transporte y estancias de lujo, algunos de los sectores en los que estaba pensando desarrollarse. En abril la compañía pidió un préstamo de 900 millones de dólares para seguir activa.
En el caso de Uber, su matriz Uber Technologies busca reducir sus gastos operativos en un contexto marcado por la incertidumbre derivada de la pandemia, que ha provocado una sustancial caída del volumen de trayectos de su negocio de transporte de viajeros.
En relación con estas medidas, la compañía anticipa que asumirá un impacto adverso extraordinario de unos 20 millones de dólares (18,5 millones de euros) en relación con el pago de indemnizaciones por despido y la finalización de otras prestaciones. La compañía ha indicado que continúa evaluando otros costes y ofrecerá si lo considera relevante más información al respecto en el futuro.
Pero no son solamente Airbnb y Uber. Otras compañías disruptivas como Wallapop también lo están pasando mal ante la imposibilidad de que sus clientes vendan productos y los entreguen físicamente. En el caso de Deliveroo y Glovo se mantienen a flote gracias a los restaurantes que han seguido abiertos durante el confinamiento, aunque también han realizado recortes puntuales.