El endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande presentará algunos detalles del plan de reestructuración de su deuda, según ha informado el portal de noticias hongkonés HK01.
El gigante inmobiliario ha conseguido el "apoyo preliminar" de sus principales acreedores. También se enfrentó este lunes a una nueva vista judicial en Hong Kong en el marco de una petición de liquidación presentada a mediados del año pasado por uno de sus acreedores extranjeros, que trataba de recuperar unos 110 millones de dólares, aunque consiguió un nuevo aplazamiento, en este caso hasta el 31 de julio.
Durante la vista, la defensa de Evergrande ha asegurado que la compañía ha conseguido "progresos significativos" en la elaboración de su plan de reestructuración y que espera cerrar un acuerdo con los acreedores antes de que termine el presente mes, con vistas a que entre en vigor a principios de octubre.
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El conglomerado se había impuesto un límite para presentar el citado plan antes de que terminase 2022 que finalmente incumplió, tras lo que su fundador, Xu Jiayin, volvió a prometer que la firma pagaría sus deudas y aseguró que el presente año es "crucial para que Evergrande cumpla con sus obligaciones como empresa".
Evergrande, que a mediados de 2021 acumulaba un pasivo de unos 300.000 millones de dólares e incurrió en el impago de algunos de sus bonos 'offshore', ya había indicado en diciembre que las "diferencias" con las partes implicadas en la elaboración de su plan de reestructuración "se estaban reduciendo".
Posición financiera
La compañía está inmersa en una campaña para deshacerse de activos consiguiendo la mayor cantidad de dinero posible mientras sus acciones en Hong Kong continúan congeladas desde marzo del año pasado tras haber perdido casi el 90 % de su valor desde principios de 2021.
La posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró después de que, en agosto de 2020, Pekín anunciase restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que, como Evergrande, habían acumulado un alto nivel de deuda apoyando durante años su crecimiento en agresivas políticas de apalancamiento.
En los últimos meses, ante la crisis en el sector, el Gobierno ha cambiado su tono y ha anunciado diversas medidas de apoyo, con los bancos estatales abriendo asimismo líneas de crédito multimillonarias a diversas promotoras.