Desde la caseta que ha instalado la junta de compensación de Los Berrocales (Madrid) junto a la A-3 se ven, a lo lejos, las docenas que grúas que pueblan El Cañaveral. Entremedias, casi ocho millones de metros cuadrados que, si todo sale bien, sus gestores tienen la esperanza de iniciar las viviendas en 2022 y dar las llaves a los primeros vecinos en 2024.
El gerente de la junta de compensación de Los Berrocales, Joaquín Gómez Martínez, lleva 20 años luchando por sacar adelante un nuevo barrio que aportará más de 22.000 viviendas a la capital (el 50% protegidas). Con cautela, paso a paso, la experiencia le ha enseñado a fijar objetivos con las elecciones municipales y regionales como plazo temporal.
En la vigente legislatura, los gerentes de Los Berrocales pretenden sacar adelante la primera etapa dentro de las seis (cuatro residenciales y dos industriales) en las que está dividido todo el desarrollo desde 2013. Supondría 4.500 viviendas. Para la próxima legislatura (2023-2027) está en mente desarrollar la etapa 3. De llegar a buen puerto, representarían diez mil viviendas que añadir a la limitada oferta de obra nueva en Madrid.
Noviembre, clave
Para que las primeras fases salgan adelante, la necesidad más inmediata pasa por que los propietarios del suelo aprueben la reparcelación del suelo en la próxima asamblea. La pandemia la había retrasado y por fin se ha fijado para el mes que viene.
Entre los propietarios del suelo de Los Berrocales están grandes promotoras como Kronos, Aedas Homes, Vía Célere, Canvives (Blackstone), la familia Santos, Pryconsa, el Ayuntamiento de Madrid… y así hasta 166.
Este inmenso páramo cuadrado y vacío que limita al oeste con la A-3, al norte con Valdebernardo, al sur con la M-50 y al este con Los Ahijones (otro desarrollo del sureste) ha vivido, con esta, tres reparcelaciones. La última, en 2015, la tiró para atrás Manuela Carmena y el desarrollo quedó paralizado cinco años. El nuevo proyecto de distribución de suelo ha tardado un año entero en definirse.
“La estructura de la propiedad actual de fincas rústicas hay que borrarla, son tiras con salida a caminos en las que así no se puede edificar, y tienen que aparecer nuevas fincas en el registro de la propiedad divididas en calles y parcelas”, expone el gerente. “En función de los metros cuadrados que aporta cada propietario, le corresponden equis metros cuadrados en suelo finalista”, aclara.
Ahora Joaquín Martínez tampoco quiere lanzar las campanas al vuelo. A principios de octubre el Ayuntamiento de Madrid modificó el proyecto original de Los Berrocales para implantar las denominadas supermanzanas, un modelo de movilidad basado en limitar algunas vías a la movilidad rodada, mientras que en otras se restringe el tráfico de paso para que el peatón tenga prioridad. La primera ya está en marcha.
800 millones en urbanizar
Con una inversión de 800 millones de euros solo en la urbanización de Los Berrocales (ya han gastado 200 millones) que han salido de los bolsillos de los propietarios. Una vez finalizada, esperan que en 2022, llegará el inicio de las obras si todos (propietarios y Ayuntamiento) dan su visto bueno.
Una vez que reciba el visto bueno de los dueños del suelo tendrá que pasar por la revisión del consistorio municipal. El reciente ejemplo de Madrid Nuevo Norte, que ha salido adelante tras más de 30 años de litigios, muestra que los Gobiernos de Comunidad y capital han apostado por desbloquear los grandes desarrollos urbanísticos pendientes.
Sin los grandes anuncios de otros desarrollos en la capital, el sureste prosigue con cautela su ejecución tras años de parálisis para entre todos (Valdecarros, Los Cerros, Los Ahijones y Los Berrocales) sumar casi 105.000 viviendas y 12,1 millones de m2 de zonas verdes.