Los flujos de petróleo que pasan por el Canal de Suez se reducirán en dos tercios a finales del mes de enero por los ataques de los hutíes al transporte comercial en el Mar Rojo. Así lo revelan las previsiones del último análisis del mercado de crudo de la Agencia Internacional de Energía (AIE), publicado el jueves.
En 2023 aproximadamente el 10% del comercio mundial de petróleo por vía marítima (unos 7,2 millones de barriles de crudo por día) y el 8% del comercio mundial de GNL pasaron por esta importante ruta comercial. "Los flujos de petróleo a través del Canal de Suez podrían disminuir a niveles mínimos", advierte la AIE.
Según el organismo vinculado a la OCDE, el riesgo de interrupciones en el suministro mundial de petróleo debido al conflicto de Oriente Medio "sigue siendo elevado, en particular para los flujos".
La principal ruta marítima alternativa es el Cabo de Buena Esperanza, localizado en el extremo sur de África. Este itinerario prolonga los viajes hasta dos semanas, lo que añade presión a las cadenas de suministro mundiales y dispara los costes de flete y seguros.
Algunos gigantes del sector petrolero —como Shell, BP, Equinor o QatarEnergy— y del transporte marítimo —como Maersk, MSC, Hapag-Lloyd o Evergreen— ya han suspendido de forma temporal el paso de sus embarcaciones a través del mar Rojo.
Excedentes de petróleo
Pese al conflicto, desde la AIE aseguran que "el mercado parece razonablemente bien abastecido en 2024". Y es que la producción de crudo en países fuera de la OPEP+ (el cártel que recoge a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios externos, como Rusia) superará el crecimiento de la demanda este año.
Las políticas de gestión de la oferta pueden llevar al mercado petrolero a un pequeño déficit a principios de año. Sin embargo, "este incremento de la producción podría dar lugar a un superávit sustancial si los recortes voluntarios adicionales del cártel se revierten en el segundo trimestre del año", recoge la AIE.
El crecimiento de la demanda mundial de petróleo se desaceleró a 1,7 millones de barriles/día en el cuarto trimestre de 2023, muy por debajo de la tasa de 3,2 millones registrada durante los dos trimestres anteriores. Esto refleja la reducción de la liberación de la demanda de viajes en China después de la pandemia.
La Agencia Internacional de la Energía prevé que el crecimiento disminuirá de 2,3 millones de barriles en 2023 a 1,2 millones en 2024. "Los vientos macroeconómicos en contra, los estándares de eficiencia más estrictos y una flota de vehículos eléctricos en expansión agravan el efecto de referencia", argumenta.
En cambio, el organismo prevé que el suministro mundial aumentará en 1,5 millones de barriles, hasta un nuevo máximo de 103,5 millones, impulsado por una producción récord de EEUU, Brasil, Guyana y Canadá.
"La producción no perteneciente a la OPEP+ dominará el crecimiento este año, con cerca de 1,5 millones de barriles", anticipa. Mientras, espera que la oferta de la OPEP+ se mantenga prácticamente estable con respecto al año pasado.
Reservas de emergencia
En este sentido, el organismo está dispuesto a "responder con decisión" si se produce una interrupción del suministro y el mercado mundial del petróleo requiere barriles adicionales.
Los países miembros de la AIE mantienen colectivamente reservas de alrededor de 4.000 millones de barriles, incluidos 1.200 millones de barriles de reservas controladas por el gobierno y mantenidas exclusivamente en caso de una emergencia. "Ese amortiguador debería ayudar a calmar el nerviosismo del mercado y la angustia entre los gobiernos, las industrias y los consumidores de energía", señala en su informe.