Goñi (Fertiberia): “Prevemos que 2024 será un año de fuerte recuperación del consumo a nivel mundial”
El consejero delegado de Fertiberia, Javier Goñi, recuerda que "las entregas de fertilizantes cayeron un 24% en la última campaña agrícola".
4 diciembre, 2023 01:44El año 2022, el año de la invasión rusa en Ucrania, tuvo en efecto dominó en el precio del gas, elemento imprescindible en la producción de fertilizantes y que por tanto, impactó en Fertiberia, el mayor fabricante de este producto de España, y el segundo de Europa.
Sin embargo, el plan de este grupo químico es liderar la cadena de valor del hidrógeno verde del futuro para así, no solo descarbonizar la agricultura y otros sectores como la industria o el transporte, sino ofrecer soluciones sostenibles para su principal cliente: el sector agrícola.
De hecho, según ha confirmado a EL ESPAÑOL-Invertia, el CEO de Fertiberia, Javier Goñi, se ha convertido en la primera empresa de su sector en comprometerse a conseguir cero emisiones netas en 2035.
¿Cuál ha sido la evolución de los precios de la energía desde 2022 hasta hoy y cuál ha sido el efecto en Fertiberia?
Llevamos muchos meses con una volatilidad de los mercados extrema. El año 2022, con la guerra en Ucrania, el gas se disparó por encima de los 250 euros/MWh. Y al final de ese año seguíamos en niveles altísimos, por encima de los 100 euros/MWh.
Sin embargo, lo que hemos visto en este primer semestre de 2023 ha sido una fuerte caída de los mercados energéticos, donde los precios del gas han llegado a tocar los 30 euros/MWh, estando hoy en niveles de 40-45 euros/MWh, claramente por encima de lo que eran las medias históricas, pero inferior a los de la crisis.
Esta volatilidad de mercados ha generado muchísimas dificultades no solo en las compañías de producción, sino también en los canales de distribución y en los mercados.
Es decir, esta volatilidad ha supuesto que en los mercados de fertilizantes se produjeran fuertes caídas de precios en este primer semestre. Esto ha generado muchas dificultades en los canales de distribución, que han tenido que gestionar unos inventarios que, en muchos casos, han sufrido fuertes depreciaciones.
Esta incertidumbre ha creado destrucción de demanda y es muy relevante. Por ejemplo, las entregas de fertilizantes en Europa se han reducido casi un 24% en esta campaña agrícola. Y se debe, sobre todo, a la incertidumbre que provocan esos altos precios y esa volatilidad.
Y ¿cómo ha impactado en el sector agrícola en toda Europa?
Ante estas situaciones de incertidumbre, la gente tiende a minimizar riesgos y por eso, se ha producido en Europa una caída de las entregas de los fertilizantes nitrogenados. En España, por ejemplo, en la última campaña agrícola, se han entregado unos 3,6 millones de toneladas de fertilizante, frente a unas medidas habituales de 5 millones.
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Y en nuestro país, además, se ha agravado la situación por la sequía. Se ha generado un cierto movimiento de compradores hacia productos más banales y menos eficientes medioambientalmente, como es la urea.
Es una commodity más ineficiente medioambientalmente que se ha mantenido, incluso aumentado, en niveles de 30-40% respecto a las importaciones normales. Y esto no es una buena noticia para la industria europea, pero es una situación derivada de la anomalía de los mercados y de la extrema volatilidad.
¿Qué productos alternativos y más sostenibles a la urea ofrece Fertiberia?
Producimos, por ejemplo, nitrosulfatos amónicos, que son productos de mucha tecnología que integran nitrato amónico y azufre, plenamente soluble y asimilable por las plantas, que generan una serie de beneficios añadidos importantísimos.
Generamos fertilizantes que, incluso, donde la aportación de nutrientes se va haciendo de forma lenta y gradual, de forma que la absorción por parte de las plantas es superior y la lixiviación o las pérdidas que hay tanto al aire como al agua son muy inferiores.
Producimos productos solubles, producimos productos con biotecnología, con biostimulantes microbiohanos que generan claramente unas mejoras de la estructura orgánica del suelo.
La sostenibilidad y la rentabilidad comienzan a ir de la mano en el sector agrícola.
Es decir, nosotros producimos fertilizantes de mucho más valor añadido, que a la larga suponen una mejor conservación de los suelos y una mayor riqueza en cuanto a nutrientes de las plantas y, por tanto, una mayor calidad de los cultivos y una mayor contribución a la salud humana. Porque es importante saber que al final nuestro cuerpo necesita un montón de nutrientes y de minerales, y los absorbemos a través de las plantas.
La urea compite en precios con esos productos alternativos, ¿cuáles son las vías para que vayan sustituyendo a un fertilizante que es más barato?
En este tercer trimestre hay una situación de mucha mayor estabilización, de mucha mayor normalización, tanto desde el punto de vista de costes de producción como de precios en los mercados. La oferta y demanda está mucho más equilibrada y, de hecho, lo que nosotros prevemos para el año 2024 es un año en general, en el mundo de fuerte recuperación de consumos.
Y los agricultores están viendo que para producir productos agrícolas, en volumen y en calidad, hace falta una fertilización correcta, suficiente y sostenible. Y si tiran de las reservas de nutrientes que tienen los suelos, se agotan y al segundo año ya no se fertiliza. Así que los rendimientos caen de una forma muy importante.
La destrucción de la demanda ha sido un fenómeno mundial, y por ejemplo, en España esperamos una recuperación del consumo, entre otras razones por una mejora de las condiciones climáticas. Esperamos que la sequía tan terrorífica que hubo en el sur de Europa se alivie este año.
De momento, el otoño ha empezado razonablemente bien, salvo algunas zonas de Cataluña, pero en el resto de España y algunas zonas de Andalucía, ha habido una pluviometría por encima de la media.
Podría ocurrir lo que ya vimos en el año 2000. Hubo una crisis similar en el año 2008-2009 con una gran escalada de precios y una caída y destrucción de demanda y 2011-2012 fueron dos años de espectacular recuperación a nivel mundial. Y por tanto, pensamos que las perspectivas son positivas.
¿El futuro entonces es de los fertilizantes sostenibles? ¿Qué oferta hay ya en el mercado?
Ese es el campo de batalla en el cual Fertiberia está trabajando, ahí realmente vemos fuertes crecimientos para los próximos años.
Pero, en primer lugar, a los agricultores tenemos que entenderles. Tienen que garantizar la rentabilidad de su explotación, porque los agricultores viven de ello y gracias a los agricultores nosotros podemos tener alimentos y comer.
Falta una solución rentable a largo plazo para ciertos procesos industriales e incluso para el transporte pesado a largas distancias, y ese es el amoníaco verde.
Estamos viendo en este tercer trimestre una situación de mucha mayor estabilización, de mucha mayor normalización, tanto desde el punto de vista de costes de producción como de precios en los mercados.
Es muy importante entender que para él es fundamental la rentabilidad de su producción. Y esto en algunos casos se ha visto como algo contrario a la sostenibilidad. Porque piensa que la sostenibilidad al final es un input más caro y, por tanto, perjudica a su explotación.
Sin embargo, este es un dilema que paluatinamente se va rompiendo. Es decir, la sostenibilidad y la rentabilidad comienzan a ir de la mano, porque esa preocupación por fertilizantes sostenibles que hayan tenido el mínimo impacto en el medioambiente y que se hayan producido con la mínima huella de carbono, eso es algo que los consumidores finales ya están demandando. Y hace que las grandes marcas también lo demanden.
Es decir, el agricultor que produzca productos más sostenibles tiene que poder venderlos más caros, porque son de mayor valor para el consumidor. Y por tanto, la sostenibilidad va a venir acompañada claramente de una mayor rentabilidad. Y en el momento que lo sostenible es más rentable, esa tendencia claramente se impulsa.
En Fertiberia hemos dado ya los primeros pasos. Somos los primeros en anunciar acuerdos con grandes marcas. Por ejemplo, este año hemos presentado un acuerdo con Heineken para hacer fertilizantes bajos en carbono. Hemos presentado ya los primeros resultados a los agricultores y hemos visto que gracias a nuestros fertilizantes bajos en carbono, han podido reducir hasta un 60% la huella de carbono de la producción, lo cual es algo importantísimo.
Hemos hecho unos acuerdos con PepsiCo para la producción de patatas, para patatas fritas, y ha sido muy exitoso. Hemos enviado a Reino Unido el primer barco de fertilizantes bajos en carbono para la producción láctea de Marks and Spencer, con un éxito también enorme. Hemos llegado a acuerdos, por ejemplo, con compañías francesas, como Vivescia, y también con empresas españolas de alta tecnología como Primaflor.
¿Cuáles son las persepctivas de crecimiento de este segmento de los fertilizantes sostenibles?
Los fertilizantes de alto valor están creciendo a doble dígito, en Europa al menos, frente a productos estándares que no crecen a más del 1% y en ocasiones, como ha sido este año, dejan de crecer.
El consenso mundial es que crecerán entre un 10 y un 15%. Para los que son bajos en carbono, que no existían, el crecimiento es casi infinito, porque partimos de una cifra cero.
Fertiberia tiene una gama de unos 520 productos, específicamente diseñados para los suelos, las características, etcétera, de cada uno de los tipos de cultivos que se producen en nuestro mercado. Es decir, tenemos soluciones específicas para el olivar de Jaén, para el tomate de Badajoz o para la patata en Castilla y León.
Y esto surge por la necesidad de descarbonizar la economía, ¿cuándo comienza todo este proceso?
Sobre todo en el gran Acuerdo Climático de París. De los 193 países que lo habían firmado, 166 ya lo han incorporado a sus objetivos como país. Y de esos, un 15% ya lo ha instaurado dentro de su legislación nacional.
El futuro es de la sostenibilidad, no cabe duda. Y la sostenibilidad es la descarbonización, es un patrón irreversible.
Y de esa descarbonización, uno de los vectores energéticos clave es el hidrógeno verde
Sí, vemos que la ruta hacia la descarbonización es irreversible y que la electrificación solo alcanza ciertos sectores de la economía, pero no es una solución rentable de largo plazo para sectores, para ciertos procesos industriales y en general las materias primas básicas, e incluso para el transporte pesado a largas distancias.
No cabe duda de que el hidrógeno es también una tecnología nueva que está en desarrollo y que, por tanto, debe pasar por unas fases y hay una curva de aprendizaje. Dentro del hidrógeno también se están debatiendo cuáles son las tecnologías más prometedoras para el futuro. En ese sentido, en Fertiberia lo tenemos claro.
Su transporte está garantizado con el amoníaco verde. Se licúa a -32º en vez de -253º el metro cúbico. Así que en un metro cúbico de amoniaco hay un 70% más de hidrógeno que en un metro cúbico de hidrógeno.
Así que el amoniaco es la forma más eficaz de almacenar y transportar hidrógeno allí donde no lleguen las tuberías y claramente va a servir no solo como materia prima para la industria química, sino que también se va a convertir en un combustible marítimo. Y aparte, también se está explorando su uso en camiones pesados. Y hay mucho apetito de inversor en el centro de Europa por hacer crackers de amoniaco, para poder recibir amoniaco y convertirlo de vuelta en hidrógeno para descarbonizar la industria pesada.
Fertiberia se va a convertir en el nuevo 'gasolinero'...
Sí, es un negocio, evidentemente, pero tiene unas finalidades distintas. En 2030 (y eso es dentro de muy poco) estimamos que tendrá un tamaño de mercado de casi 50 millones de toneladas en el mundo. Y en 2035 se superará hasta unos 100 y en 2050 estaremos en más de 400 millones de toneladas.
Como comparación, hoy en día, el amoníaco gris que se produce ronda los 180 millones de toneladas en el mundo y su comercio no llega a 20 millones de toneladas.
El amoníaco verde tendrá un salto exponencial, parte para la sustitución del gris y una gran parte para nuevas aplicaciones
Pero ¿salen los números como para apostar por el hidrógeno verde y el amoníaco verde?
Los números van a salir por tres razones. En primer lugar, porque partimos de unas estructuras de energía renovable muy competitivas. La combinación de viento y sol que tenemos en España son de las más óptimas que se puede encontrar a nivel mundial.
La descarbonización es irreversible, pero la electrificación solo alcanza ciertos sectores de la economía.
Hay algunas mejores, pero tienen otro tipo de dificultades por otro lado. Pero no cabe duda de que el mix sol y viento en la península ibérica es imbatible a nivel europeo y está bastante bien posicionado a nivel mundial.
En segundo lugar, porque son proyectos que tienen un off-taker (comprador) garantizado. Y esa es quizás una de las grandes barreras que están experimentando los desarrolladores de hidrógeno en el mundo. En el caso de Fertiberia, tanto en Palos de la Frontera como en Sagunto o Avilés, con ArcelorMittal, nuestros proyectos tienen un consumo futuro garantizado y tenemos partners que dan credibilidad
Fertiberia supone, a día de hoy, el 30% del consumo de hidrógeno de este país. Transformamos casi unas 900.000 toneladas de amoniaco. Con lo cual, ya estamos aportando una base sólida de consumo.
Y en tercer lugar, estamos diseñando proyectos muy trabajados, con una escala suficiente y muy competitiva a base de trabajarlo muchísimo, de analizar múltiples escenarios y, por tanto, vamos a tener éxito en ellos.