La guerra entre eléctricas, gasistas y petroleras no es nueva, pero sí la cuestión de quién se está beneficiando de los altos precios energéticos. Según fuentes del sector eléctrico, las eléctricas tienen que restar de su cuenta de resultados partidas multimillonarias de impuestos, a diferencia de las que su negocio son los combustibles fósiles. "Eso hace más interesante apostar por mercados más favorables, como el de EEUU".
"Ahora no solo se cuentan los tributos energéticos y el impuesto a la energía nuclear y su producción, sino que hay que sumar el nuevo impuesto a los ingresos", explican las fuentes en un encuentro con los medios.
El impuesto especial que el Gobierno ha cargado a la banca y a las energéticas para recaudar unos 7.000 millones de euros en dos años va directo a los tribunales, han confirmado.
"Y si se vende la energía por encima de los 67 euros/MWh también hay que pagarle la diferencia a Hacienda, un tope que no tienen las refinerías, que además siguen recibiendo subvenciones cuando lo que se tendría que incentivar es la electrificación".
Desde marzo de 2022, el Gobierno aplica un sistema de minoración de los beneficios que reciben las compañías eléctricas. Las tecnologías inframarginales (renovables, nuclear y gran hidráulica) no pueden vender su producción por encima de los 67 euros/MWh. Si lo hacen, ese beneficio extra se debe devolver a Hacienda.
Según el Gobierno, la medida evita internalizar los altos precios del gas que las empresas incluyen en sus contratos.
Ya lo ha dicho en varias ocasiones el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. "Hasta donde yo sé, las compañías energéticas que están aumentando sus beneficios en Europa son las gasistas y las petroleras, no las eléctricas integradas".
Grandes márgenes en el refino
En 2022, las petroleras de todo el mundo consiguieron unos márgenes de refino récords, es decir, que al producir gasolina, diésel, combustible para aviones (queroseno) y otros productos derivados del petróleo hicieron más caja que de costumbre.
A falta de conocer el cierre de año de la saudí Aramco, la mayor petrolera cotizada del mundo, las principales compañías del sector obtuvieron un beneficio neto conjunto superior a los 200.000 millones de dólares (unos 186.000 millones de euros), el doble que el registrado durante el ejercicio anterior, según los cálculos elaborados por 'Efe'.
El aumento de los beneficios dio a las petroleras margen para aumentar el gasto en proyectos de petróleo y gas, y a algunas la oportunidad de replantearse estrategias de transición energética para satisfacer las nuevas demandas de seguridad del suministro.
"Incluso hay petroleras que ya han anunciado que van a invertir más en petróleo y en gas que en renovables. No es de extrañar, con esta situación da ganas de abrir pozos de petróleo en vez de apostar por energías limpias", añaden las mismas fuentes.
Con datos del año pasado, en la cuenta de resultados de Repsol se reflejaba que multiplicó por más de seis veces su margen de ganancia en estas instalaciones. Las refinerías de la energética presidida por Antonio Brufau obtuvieron un margen medio de 15,6 dólares por barril procesado, frente a los 2,4 dólares de 2021 y los 5 dólares de 2019.
En el caso de Cepsa, también ha experimentado un fuerte avance en los márgenes. Durante el segundo trimestre de 2022, el margen medio se situó en los 19,1 dólares/barril (mientras que en el mismo periodo del año anterior fue de 4,5 dólares/barril y 2,3 dólares/bbl en el primer trimestre de 2022), impulsado principalmente por la importante escasez de suministro.