Alemania baraja ceder a las presiones de Putin y abrir el gasoducto NordStream 2, sin inaugurar a causa de la guerra
Cada vez son más las voces en el Gobierno alemán que piden inaugurar el NordStream 2, más aún con un cierre indefinido de su hermano gemelo.
13 septiembre, 2022 02:30Desde hace catorce días está suspendido (y de manera indefinida) el suministro de gas a Alemania a través del gasoducto NordStream 1. Es la ruta más importante de gas ruso a la Unión Europea. La razón oficial es una supuesta fuga de aceite y la falta de una turbina de reserva.
Por eso, Rusia da como opción inaugurar el gasoducto gemelo NordStream 2. Este nunca inició operaciones comerciales por la escalada bélica contra Ucrania y a pesar de que su construcción se completó en septiembre de 2021.
El embajador ruso en Berlín, Sergey Nechayev, ha dicho al Gobierno alemán que si quieren gas, que pongan en funcionamiento una infraestructura que nunca obtuvo los permisos por la invasión rusa en Ucrania. Con sus palabras, confirmaba lo que el presidente ruso, Vladímir Putin, dijo hace unos días: "No construimos nada gratis", en referencia al dinero que han invertido en ese gasoducto. Más de 10.000 millones que duermen bajo el mar del Norte.
El gasoducto "está listo para funcionar, lleno de gas, cumple con los requisitos y se han realizado los controles técnicos". Lo único que falta es la voluntad política del gobierno federal alemán.
Una postura que ha abierto fisuras entre los grupos políticos alemanes. En agosto Kubicki, miembro de los Demócratas Libres (FDP) del ministro de Finanzas, Christian Lindner, pidió activar el gasoducto "lo antes posible" para llenar los depósitos de gas antes del invierno. Dijo que "no hay una buena razón para no abrir NordStream 2", porque Alemania ya está recibiendo gas a través del antiguo gasoducto NordStream de Rusia a Alemania. Obtener "gas de NordStream 2 no es más inmoral que de NordStream 1. Es solo una tubería diferente", dijo.
Decisión de Alemania
Los rumores de que el Gobierno germano pueda dar su brazo a torcer en las próximas semanas, y abrir el NordStream 2, han hecho caer los precios de los futuros del gas europeo un 4%, por debajo de los 200 euros/MWh.
"Alemania tiene que elegir entre una decisión económica y otra política", explica a EL ESPAÑOL-Invertia Steven Taylor, director de EKON Strategy Consulting.
"Aunque la capacidad de NordStream 1 es equivalente a la de NordStream 2 está por ver el volumen que Rusia transporte por esta infraestructura a Europa y por cuánto tiempo".
"En cuanto al efecto en precios que esta medida puede tener, podría suponer una corrección a la baja a corto plazo deshaciendo los incrementos observados tras la reciente interrupción del suministro por NordStream 1. A medio plazo lo más relevante es ver en qué nivel quedan los almacenamientos en Europa tras el invierno en función de la dureza del mismo y cómo quede el nivel de demanda tras los esfuerzos por reducirla", añade el experto en mercados energéticos.
"Las mayores dificultades parecen estar de cara al próximo invierno 23-24 donde se prevé que Europa tendrá serias dificultades para restituir las reservas de gas en los almacenamientos si se mantiene el corte de suministro de gas ruso, circunstancia que está presionando los precios al alza en los precios futuros del próximo año".
Si todas las instalaciones de almacenamiento de Alemania se llenaran al máximo de su capacidad, su volumen de gas de unos 250.000 GWh ni siquiera podría cubrir una cuarta parte de la demanda anual de Alemania en 2021, según el diario Spiegel.
En el horizonte, recesión
Aún así, "el cierre indefinido del NordStream 1 supondrá que la recesión pronosticada pueda ser aún más severa que la previsión actual de -0,2% en 2023 y el descenso de la inflación podría ser más lento", asegura Credit Suisse Economics en un análisis del mercado.
La nota profundiza sobre la exposición de Alemania a la escasez de gas y se estima que el país tendrá que reducir su consumo hasta un 15% frente a los niveles habituales. Sin embargo, la subida en el precio del gas y la electricidad seguirá pesando sobre el gasto de los consumidores y las empresas, lo que propiciará una recesión.
Los analistas de Fitch, por su parte, aseguran que un cierre del suministro ruso antes de lo previsto tendría diferentes impactos en los países de la UE dependiendo de la dureza del invierno. El aumento de las importaciones de GNL (gas natural licuado) y la reducción de la demanda de gas "deberían ayudar a evitar una escasez aguda".
Los analistas de Goldman Sachs han dicho que los impactos inflacionarios han llevado la crisis energética de Europa a un "punto de inflexión", y lo peor está por venir. En su último informe, ha estimado que, a principios del próximo año, los consumidores europeos podrían enfrentarse a facturas energéticas un 200% por encima de los niveles de 2021.
"Este es un proceso muy doloroso y está afectando a la población europea de muchas maneras diferentes", ha dicho Samantha Dart, estratega sénior de energía de Goldman Sachs. "La gente común ni siquiera ha sentido todo el peso de esta situación".
Se mantiene el suministro
Todavía no todo está perdido. Los flujos de gas natural de Rusia a Europa a través del gasoducto Yamal-Europa (Rusia-Polonia-Alemania) se mantienen constantes, según el operador de gasoductos Gascade.
Y además, la energética estatal rusa Gazprom ha dicho que enviará 42,4 millones de metros cúbicos (bcm) de gas natural a Europa a través de Ucrania. Pero si se mantiene el nivel actual de suministro de gas ruso, la reducción del suministro es de entre el 50 y 60%.
Ahora, todo depende de si pueden más las razones políticas (las sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania) o las económicas, para abrir el NordStream 2. De hacerlo, entraría en operación un tubo de 2.460 kilómetros que une Rusia con Alemania a través del mar Báltico, con capacidad para 55 bcm/año.
Sus propietarios son, además del gigante energético ruso Gazprom (en un 50%), el consorcio que incluye a la compañía alemana de energía Uniper, la compañía de petróleo y gas Wintershall Dea, la holandesa-británica Shell Energy, la compañía austríaca de petróleo y gas OMV y la francesa Engie.