El gigante energético alemán E.On está sufriendo las consecuencias de la crisis con Rusia. Ha obtenido un beneficio neto atribuido de 2.258 millones de euros en los seis primeros meses de 2022, lo que representa una caída del 11% respecto al mismo periodo del año anterior.
Los resultados de E.On reflejan un deterioro de 700 millones de euros en la valoración de la inversión de la alemana en Nord Stream, la compañía propietaria de los dos gasoductos que conectan Alemania con Rusia, en comparación con el 31 de diciembre de 2021, como consecuencia del "aumento de la incertidumbre" tras la invasión rusa de Ucrania.
Las ventas de E.On entre enero y junio alcanzaron los 52.845 millones de euros, un 60% más que un año antes, con un incremento del 6% de la facturación del negocio de redes, hasta 9.590 millones, mientras que el área de clientes elevó un 60% sus ingresos, hasta 42.117 millones.
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Entre abril y junio, la compañía alemana obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.432 millones de euros, un 18% por debajo del resultado correspondiente al segundo trimestre de 2021.
Los ingresos de E.On en este periodo sumaron 23.338 millones, un 59,4% más.
Leonhard Birnbaum, consejero delegado de E.On, asegura que la crisis energética actual deja claro que Europa necesita transformar su sistema energético y ser independiente del gas ruso.