La planta de regasificación de El Musel (Gijón) ya ha recibido la Autorización Administrativa del Ministerio para la Transición Ecológica, tal y como adelantó este diario. Esto supone que "terminado este proceso, la planta podría estar en funcionamiento para uso logístico en un plazo de entre seis y ocho meses", ha dicho el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpir, durante la visita a la planta.
La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, la alcaldesa de Gijón, Ana González, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Laureano Lourido, entre otras autoridades, han visitado El Musel, junto con el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo.
La autorización, que se ha realizado tras el informe favorable de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), es un paso clave para la puesta en marcha de la terminal de GNL. Un paso más tras el de mayo de 2021, cuando el Ministerio aprobó la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de esta infraestructura.
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Para su puesta en funcionamiento definitiva, el proceso continúa con la tramitación del reconocimiento del régimen económico por parte de la CNMC ─un régimen especial para que pueda utilizarse como una planta para servicios logísticos de gas natural licuado─. También debe contar con la orden de puesta en marcha por parte del Ministerio y con la puesta a punto técnica de la terminal, por parte de Enagás.
Aizpiri ha añadido que “en la terminal de Gijón pueden descargar y cargar más de 100 barcos de GNL al año, lo que supone una aportación de hasta 8 bcm (billion cubic meters)”.
Sin embargo, según el operador del sistema gasista, el objetivo es convertirse en un almacén sin estar conectado a la red gasista española. Se facilitaría el tránsito de buques metaneros al resto de Europa, para suministrar gas natural licuado (GNL) al resto de Europa.
Seguridad de suministro de Europa
El uso logístico de la Planta de Regasificación de El Musel contribuirá a la seguridad de suministro de energético en Europa, algo especialmente relevante en el contexto europeo actual de reducción de la dependencia del gas ruso, tal y como contempla el documento europeo REPowerEU.
La terminal permite la descarga de buques de gas natural licuado (GNL) procedentes de diversos países productores y la recarga rápida de barcos hacia diferentes destinos europeos. Sin embargo,
La planta de regasificación dispone de una capacidad de almacenamiento de 300.000 m3 de GNL, repartida en dos tanques de 150.000 m3 cada uno. También cuenta con unas instalaciones de atraque y descarga diseñados para los buques metaneros más grandes de mundo, los QMAX, de hasta 266.000 m3.