La Nochebuena no es noche de ahorrar energía. Las reuniones de familiares y amigos alrededor de una mesa supone un aumento en el uso de hornos, vitrocerámicas, frigoríficos y lavavajillas. Y este año no es el mejor para derrochar electricidad. La luz ha alcanzado precios récords y desde hace una semana no baja de la barrera de los 300 euros/MWh de media diaria.
Hay que buscar alternativas para que estas fechas no se conviertan en una 'pesadilla después de la Navidad' con la llegada de la factura de la luz. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) indica que el consumo de luz en estas fechas puede llegar a aumentar hasta un 30%.
Diferentes organizaciones ecologistas, de consumidores y consultores de energía han elaborado diferentes decálogos sobre las medidas que se pueden tomar para ahorrar en la factura de la luz en estas fechas tan especiales.
1. Utilizar bombillas LED. Una propuesta que se hace extensible a todo el año, pero que en estos días con tantas horas de oscuridad se hacen más necesarias.
Las bombillas LED consumen hasta un 80% menos que las tradicionales y tienen una vida útil entre 10-15 veces más. Se trata de un cambio sencillo y asequible que contribuirá al ahorro en estas fechas navideñas cuando la luz natural es más escasa. En este sentido, también es importante aprovechar al máximo las horas de luz natural, con persianas y cortinas abiertas y evitar dejar las luces encendidas en estancias vacías.
También es importante revisar cuánto consumen las luces navideñas en casa. El tiempo que estén encendidas y la cantidad determinarán el gasto, que no superará un euro en todas las Navidades si se trata, por ejemplo, de luces LED de 24W encendidas casi un mes durante unas seis horas diarias aproximadamente.
2. Aislar las viviendas. Igual que nos abrigamos nosotros en invierno, hay que intentar que el frío no entre por las puertas, que la ventilación sea la adecuada, y que las ventanas cierren bien.
En España solo un 13% de las casas y un 5% de los pisos y apartamentos tienen el equipamiento necesario para un consumo eficiente de energía. Es decir, la gran mayoría de viviendas generan un derroche energético por no estar construidas con materiales aislantes del exterior que impidan que el calor se escape.
Aunque la solución más acertada sería una reforma para mejorar el aislamiento y ahorrar hasta un 30%, a corto plazo se pueden hacer pequeños trucos como colocar burletes bajo las puertas, poner alfombras en el suelo para lograr un mayor aislamiento o bajar las persianas cuando ya no hay luz natural.
3. Electrodomésticos eficientes. Como se cocina muchísimo más en estas fechas, si hay que comprar un electrodoméstico, lo mejor es elegir el más eficiente.
Los electrodomésticos generan una gran parte del consumo energético en los hogares. Por ejemplo, la nevera, el congelador y la televisión pueden llegar a consumir hasta 662 kWh, 563 kWh y 263 kWh al año, según la OCU; sobre todo los más antiguos, que suelen ser más habituales en segundas residencias donde muchos españoles pasarán estas Navidades. La buena ubicación de estos electrodomésticos es un factor clave para el ahorro.
4. Uso del calor residual. A la hora de preparar las cenas y comidas navideñas, un buen truco de ahorro es apagar la vitro unos minutos antes de que la comida esté lista para aprovechar el calor residual, así como utilizar sartenes y cacerolas del mismo tamaño que la placa para aprovechar al máximo la cocción.
En la medida de lo posible, es recomendable no abusar del horno por su gran consumo eléctrico, y en caso de hacerlo evitar abrirlo muchas veces para que no pierda el calor y gaste de nuevo en calentarse. También, sacar los alimentos de la nevera un rato antes de cocinarlos para estén menos fríos.
En el caso del frigorífico (el electrodoméstico que más electricidad consume con diferencia) es importante que esté ubicado en un lugar fresco y ventilado, alejado de fuentes de calor para que la diferencia de temperatura no afecte a su eficiencia. Además, cuantas menos veces se abra, mejor, ya que cada vez que se hace se pierde un 7% de energía.
Además, para ahorrar energía se recomienda mantener a -18ºC el congelador y a entre 4 o 5ºC el frigorífico.
5. Los vampiros eléctricos. Aunque el consumo de los pequeños electrodomésticos es bastante menor que los grandes aparatos, lo cierto es que un mal uso de los pequeños electrodomésticos puede repercutir notablemente en la factura de la luz y suponen entre un 5-10% de la energía consumida. Esto se ve especialmente en el consumo fantasma que se genera tras dejar aparatos como la cafetera, freidora, tostadora, consolas, ordenadores o tv en stand-by en vez de apagarlos.
6. Gasto de agua caliente: otro de los elementos que más dinero y energía consume en una vivienda es el agua, ya que se usa para prácticamente todo: cocinar, limpiar, asearse, mantener los radiadores calientes…De hecho, el consumo medio de agua de los hogares españoles es de 133 litros por habitante y día, según las últimas cifras ofrecidas por el INE.
Un gasto que se eleva en el caso del agua caliente, más habitual en invierno; que supone una media anual de 1.877 kWh por hogar, el equivalente a un 26% del consumo de los hogares, principalmente por su uso en la ducha y en electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas.
Para reducir este consumo, es importante cargar por completo la lavadora y el lavavajillas, usar programas de lavado en frío en la lavadora y limpiar regularmente el filtro del lavavajillas para permitir un uso más eficiente. En la ducha, se recomienda instalar reductores de caudal y grifos de monomandos con termostato, que ayudan a ahorrar entre 30 y 200 euros en la factura del agua.
7. No abusar de los grados en la calefacción: el gesto automático ante la bajada de las temperaturas en invierno es subir casi hasta el máximo la temperatura del termostato. Un gesto que incrementa también la factura, pues de media se puede ahorrar hasta un 11% de la energía consumida en calefacción por cada grado menos.
Además de poco sirve poner la calefacción a 30 grados cuando fuera hace 5º, no solo por el derroche de gasto y energía, sino porque al salir fuera el cuerpo es más vulnerable al cambio brusco de temperatura. De hecho, la cantidad de grados ideal para estar en casa es de 19-21 grados por el día y 16 por la noche, con ropa típica de invierno.
8. Mejor gas que electricidad. Este año el gas cuesta 4 veces menos que la electricidad en la factura de un hogar. Por eso, si se puede elegir entre encender la calefacción por gas y los calefactores eléctricos o las bombas de calor, este año como excepción, sale más barato lo primero. Aunque no hay que olvidar que con gas se emite más CO2 a la atmósfera que si la electricidad proviene de fuentes renovables.
9. Pedir regalos prácticos: enchufes domóticos, bombillas inteligentes, regletas con eliminador de stands-by... Por ejemplo, se puede programar a los asistentes digitales personales, como SIRI, para que se apaguen las luces cuando no haya nadie en una sala, o que se apaguen/enciendan de manera progresiva.
10. Reducir todo lo que se pueda en mercancías, servicios, productos y energía, y dejar paso a todo lo que no tiene huella ecológica, pero sí revierte en el bienestar: tiempo para el encuentro, para los paseos por la naturaleza, para los juegos de mesa, para la lectura reposada, para el silencio…
Y también en residuos. Se debe intentar reducir, evitar el despilfarro de comida y llevar a puntos limpios los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Un propósito contundente: no tirar nada de comida, aprovecharlo todo con imaginación culinaria.
*Información elaborada con recomendaciones de UCI, entidad especialista en financiación sostenible de la vivienda, Ecologistas en Acción, la asociación de consumidores OCU y la empresa de postventa de tecnología ANOVO.