El mercado de futuros de la electricidad en España (OMIP) no deja espacio al optimismo. Si hace unos meses se pensaba que la tendencia alcista terminaría con el fin del invierno, ahora la previsión es que se alargue hasta mediados de 2022. Además, se alcanzarán precios de locura, de entre 200 y 400 euros/MWh, superando en enero los 408 euros y cerrando el año con una media de 297,01 euros. Todo ello ralentizará la recuperación económica.
Y lo que empuja a esta locura sin precedentes es el precio del gas en Europa, con récords históricos que han llegado a los 183 euros/MWh, gracias a un cóctel perfecto entre el frío del invierno, el conflicto con Rusia y la competencia con Asia.
"Desde finales de octubre casi todas las incertidumbres han ido a peor, más frío en Europa y Rusia con demanda y uso de almacenamientos superior a la media", explica el analista Javier Revuelta, senior principal en AFRY Management Consulting. También se ha confirmado "el retraso de Nord Stream 2 como pronto hasta el verano, alguna indisponibilidad de instalaciones de gas en Noruega, y la grave tensión entre Rusia y Ucrania".
En definitiva, hay una clara amenaza de que Europa tenga un aislamiento económico con Rusia, además de "la tensión en Polonia-Bielorrusia por donde también podría cortarse una ruta de gas ruso... Increíble", apunta el experto en el sector energético.
La crisis energética también afecta al resto de países europeos, cuyos precios eléctricos en el mercado diario están incluso por encima de la de la Península Ibérica. Por ejemplo, en la vecina Francia, los futuros del mes de febrero ya cotizan a 1.000 euros/MWh, porque además se le suma haber parado centrales nucleares, de las que depende en un 70% su mix eléctrico.
Acuerdos a precio fijo
Pero ¿quién va a sufrir con estos precios energéticos? "Hay muchos tipos de clientes, muchos tipos de contratos, algunos con mayor exposición al mercado diario y otros con ninguno", continúa el analista.
"Además, una parte muy importante (alrededor del 80%) de la generación nuclear, hidro y renovable de las grandes eléctricas (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP) la venden a su comercializadora, por lo que pueden ofrecer un precio menor que el que se fija en el mercado diario".
"Estos generadores tienen que decidir si quieren acudir al pool a vender a 400 euros/MWh su producción u ofrecer un precio de, por ejemplo, 50 euros/MWh, a su comercializadora. Esta opción les permite una ventaja competitiva respecto a las comercializadoras independientes que tienen que acudir sí o sí al mercado a comprar la electricidad".
Así que aquellos clientes que tengan contratos fijos a un plazo de 1 o 2 años no les está afectando nada esta situación de precios elevados. Es lo que ocurre en Europa. "Prácticamente ningún doméstico tiene indexada su factura eléctrica al mercado mayorista", continúa Revuelta. "La industria sí, pero como cobertura".
Un escenario que no coincide con el de España. "Es preocupante para un tercio de domésticos, porque los que tengan un contrato a precio fijo incluso les beneficia la bajada de impuestos y la reducción de los cargos". Por eso, hay que proteger a quiénes la factura energética tenga mucho peso en su renta.
Muchas familias ya les pesan el incremento del precio de la luz, y la consecuencia es una reducción del poder de compra, lo que acaba limitando la capacidad de recuperación del consumo. Pero "las que no puedan hacer frente a ese coste, es a quien hay que ayudar".
La industria en España, ahogada
Los altos costes energéticos (electricidad y gas), ya están teniendo un impacto en la economía española. El último registro del IPC (noviembre) alcanzó el 5,6%, el peor dato en 29 años, mientras que en la zona euro se marcó el máximo desde la creación del euro en el 4,9%.
"Es preocupante porque hay industria que va a parar, la que no pueda repercutir el coste energético en sus precios finales, y eso afectará al PIB", continúa Revuelta.
La aprobación del RD Ley 29/2021, ayer mismo, permitirá a la industria consumidora de gas modificar o suspender el caudal contratado para abastecerse de gas natural hasta el próximo 31 de marzo. "El Gobierno ya prevé que habrá empresas que se vean forzadas a reducir su producción e incluso parar temporalmente", concluye el experto.
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