Repsol y Enagás han creado una compañía conjunta, en la que aspiran a incorporar otros socios inversores, para acelerar la implementación industrial de su tecnología pionera para la producción de hidrógeno renovable a partir del uso directo de energía solar y que se conoce como fotoelectrocatálisis. Su horizonte es alcanzar su madurez comercial al final de esta década.
En concreto, la idea es atraer a empresas de ingeniería e industriales que trabajen conjuntamente con los dos grupos en el escalado e industrialización de la tecnología de fotoelectrocatálisis, informó Repsol en su última 'Newsletter'.
Así, una vez alcanzado el estado comercial, previsto para 2030, esta nueva compañía tendrá como modelo de negocio la venta de licencias de la tecnología en todo el mercado del hidrógeno.
Después de casi una década de trabajo, Repsol y Enagás han logrado desarrollar esta tecnología pionera. La alianza entre ambos grupos energéticos, que han invertido hasta el momento 8 millones de euros en el desarrollo de este proyecto, tiene la propiedad industrial de esta tecnología, lo que se ha traducido en 65 solicitudes de patentes en más de 30 países de todo el mundo, de las que ya tienen concedidas 40.
Ana Martínez, investigadora de Repsol Technology Lab y una de las líderes del proyecto, destacó que este dato es "una muestra de la innovación que supone esta tecnología".
Por su parte, el programa 'Innovation Fund' de la Comisión Europea, que concede ayudas a proyectos innovadores para descarbonizar la economía, ha anunciado que destinará financiación para impulsar esta tecnología.
Existen otras iniciativas de fotoelectrocatálisis en Europa, Estados Unidos o Japón, "pero en términos globales, estamos seguras del gran potencial de esta tecnología, que va a permitir descarbonizar la producción de hidrógeno a escala industrial optimizando eficiencia y costes", afirmó María Dolores Hernández, colíder del proyecto.
El proyecto es un desarrollo de I+D 100% español, liderado por mujeres y realizado en colaboración con varios de los centros de investigación en hidrógeno más prestigiosos del país.
Planta en Puertollano
El próximo paso en la estrategia de Repsol y Enagás será la construcción de una planta de demostración en el complejo industrial que la petrolera tiene en Puertollano, con el horizonte de alcanzar esa madurez comercial antes de 2030.
Estos pasos están definidos en dos etapas de escalado adicionales: una planta demo que se pondrá en marcha en 2024 en Puertollano, con una extensión cercana a media hectárea y con una producción de 100 kilogramos/día de hidrógeno renovable. Y una última fase, prevista para 2028, con la instalación, también en Puertollano, de una planta, ya en fase industrial, de unas 60 hectáreas y con una producción que llegue a las 10 toneladas/día.
Los dos grupos están incorporando el hidrógeno renovable a sus respectivos negocios. En Repsol tendrá aplicación tanto en sus procesos industriales de refino y química, "como en los negocios que están surgiendo con esta nueva 'economía del hidrógeno': desde la movilidad, con los combustibles sintéticos o los vehículos eléctricos de pila de combustible, al sector doméstico, donde ya hay calderas disponibles para generar electricidad y calor con este gas", añadió Ana Martínez.
En este sentido, la responsable del proyecto estima que España, debido a su gran potencial solar, tiene "la posibilidad de crear grandes infraestructuras de producción por esta vía". Además, se prevé que España, por su situación estratégica, sea uno de los futuros exportadores de hidrógeno renovable a otros mercados de Europa que no tienen ese potencial en energía solar.
A este respecto, la infraestructura gasística será clave para transportarlo, pero existen otras alternativas, como transformar el hidrógeno renovable en combustibles sintéticos.
Solo agua y sol
La fotoelectrocatálisis, que permite emplear solo agua y energía solar para producir hidrógeno renovable, es una de las vías tecnológicas en las que trabaja el grupo presidido por Antonio Brufau para descarbonizar la generación de este gas.
La investigación sobre la tecnología de fotoelectrocatálisis arrancó en Repsol Technology Lab en 2012 y, en 2018, Enagás se sumó al proyecto con un acuerdo que convierte a ambas compañías en copropietarias.
"Es una tecnología muy disruptiva", asegura Mónica Sánchez, coordinadora de Hidrógeno de Enagás, "que se enmarca en nuestra apuesta por los gases renovables, en concreto hidrógeno y biometano, como piezas clave para alcanzar la neutralidad en carbono que queremos conseguir a nivel europeo, y en concreto como compañía para 2040".
Esta tecnología simplifica el proceso de producción con respecto a la electrólisis, la opción más utilizada hoy en día para la generación de hidrógeno renovable y donde la energía para llevar a cabo el proceso procede del sol o del viento.
Esa electricidad renovable es transportada a un electrolizador donde se separa la molécula del agua en hidrógeno y oxígeno. La fotoelectrocatálisis, sin embargo, integra el proceso en un solo paso.
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