Desde hace un año, Iberdrola está trabajando en un proyecto de demostración con aerogeneradores de eólica marina flotante en el mar de Noruega. Se trata de un proyecto piloto de una sola torre con una máquina de 10 MW. "Es un trabajo conjunto entre empresas españolas y europeas para estudiar las posibilidades de reducir costes y hacerla competitiva", explicaron a Invertia fuentes de la compañía.
El proyecto está liderado por Iberdrola y cuenta con un consorcio internacional que incluye el EDF de Francia y el DNV-GL de Alemania, además de empresas españolas como Navantia. Es el denominado proyecto Flagship y aunque en un principio se pensó utilizar la tecnología OO-Star Wind Floater, es decir, una estructura de hormigón flotante semisumergible, las fuentes de la compañía confirman que "aún se está estudiando cuál es la mejor opción de las que existen en el mercado para incorporarla al proyecto".
El objetivo final del proyecto es ayudar a reducir el costo nivelado de energía (LCOE) para la energía eólica flotante a un rango de 40-60 euros MWh para 2030. El desarrollo se enmarca en el programa Horizon 2020 de la Comisión Europea (CE).
El proceso de construcción sigue adelante, aún no han comenzado las obras, pero se espera que pudiera estar en funcionamiento en 2022.
Eólica flotante en España
Iberdrola avanza también en la instalación de tecnología eólica flotante en España, tal y como explicaron en un encuentro con la prensa durante la inauguración del Campus de Innovación y Formación de la compañía en San Agustín del Guadalix (Madrid) el viernes pasado. El objetivo, dentro del marco de la Jornada Iberdrola RETO, eran centrarse en la recuperación verde, las energías limpias, la transición energética y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
"Pese a que sigue teniendo altos costes, es la única opción para la costa española por sus condiciones físicas, por eso hemos presentado un PERTE con toda la cadena de valor de suministro española", señalaron.
Iberdrola anunció en febrero pasado que el proyecto podría dar ser punta de lanza para el desarrollo de hasta 2.000 MW eólicos marinos flotantes que la compañía ha identificado y que podrían levantarse en la costa gallega, la andaluza o en las Islas Canarias.
Innovación y desarrollo
Además de investigar en eólica flotante, la energética centra su atención en las redes inteligentes, el hidrógeno verde y la formación para jóvenes, con una escuela de negocios enfocados a la energía, talleres con tecnologías virtuales para entrenar a bomberos y a la UME y otros cursos para técnicos de nuevos usos como instalación de bomba de calor o de puntos de recarga para vehículos eléctricos.
Las instalaciones del Campus son el centro global para el conocimiento, la innovación y la empleabilidad de la compañía. Con cerca de 13.000 personas recibiendo desarrollo formativo en sus aulas anualmente, es la apuesta de Iberdrola por la tecnología, la I+D y la colaboración con centros tecnológicos como palancas para liderar la transición energética, la recuperación verde de la economía y el empleo y la empleabilidad de jóvenes y profesionales senior en sectores de futuro.
Durante el evento, al que asistieron los Reyes de España y la ministra de Educación, María Isabel Celaá, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, destacó que “este Campus se concibe desde la convicción de que el futuro no es de quien lo adivina, sino de quien lo crea. El mayor parón vivido en dos generaciones, provocado por la pandemia, nos ha dado la capacidad de librarnos de inercias que llevan décadas alejándonos de un verdadero desarrollo sostenible para avanzar hacia una recuperación que no deje a nadie atrás. Ese es el RETO al que debemos hacer frente juntos. Y contamos con las herramientas para superarlo: Recuperación, Energías limpias, Transición energética y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.
También se presentó el programa europeo Re-skilling 4 Employment, una iniciativa de la European Roundtable of Industry (ERT) -coliderada, por la compañía-, con el objetivo de capacitar y formar en nuevas habilidades para personas en riesgo de perder su puesto de trabajo por el impacto de la brecha digital. El proyecto persigue promover entre 2,5 y 5 millones de empleos en Europa y entre medio millón y 1 millón en España para 2030 entre colectivos como parados de larga duración, jóvenes y mayores de 45 años.